Cuando
un instituto como el Institut Nova História (INH) ha demostrado que el
descubrimiento de América debía ser el Descubrimiento Catalán de América, ya
que Cristóbal Colón, catalán de nacimiento, salió de un puerto de Gerona, no de
Palos. Que Hernán Cortés era en realidad Ferran Cortés y que Francisco Pizarro
era realmente Francesc Pinós De So i Carrós, ya se pone en duda todo lo que se aprendió
en la escuela. Si hechos cómo estos desfiguran la realidad histórica de España,
aún es más grave el ataque continuado y desgarrador que los gobernantes de esta
comunidad catalana hacen del idioma español, un bien preferente de nuestra
historia al que intentan eliminar con todos sus medios.
Sin
embargo, siempre aparece ese rayo de esperanza cuando ves que otros ensalzan
ese patrimonio cultural que es el español. Así, en el foro “Futuro en Español”,
celebrado en Santiago de Chile el 25/26 de Mayo, se constató que el español se
reconoce cómo la gran lengua de comunicación internacional, a la que ni el
tiempo ni la pulsión disgregadora de muchos han marchitado sus grandes
credenciales actuales en el mundo entero. Un foro que ha acogido a decenas de
ponentes relevantes de todos los rincones del planeta y tratado temas
relacionados con la creación de la cultura, innovación y tecnología.
Gracias
al rápido crecimiento del número de los que tienen el español como lengua
materna y, sobre todo, gracias al crecimiento del número de los que lo
adquieren cómo segunda o tercera lengua, el español ahora no solo se hace
fuerte dentro del grupo de las cuatro lenguas “mundiales” o “mayores” —junto al
chino, hindi e inglés—, sino que también se afirma cómo segunda lengua de comunicación
internacional o de intercambio, después del inglés. A muchos efectos, “la otra”
lengua internacional de Occidente, con posibilidades reales de alcanzar el
rango de segunda lengua franca a lo largo del nuevo siglo. Estas credenciales
muestran que el español es una lengua plurinacional y multiétnica que la hace
especialmente apta cómo idioma vehicular. Un español con una gran capacidad cómo
palanca en el ámbito económico internacional, generando efectos multiplicadores
en el flujo financiero y en el comercio.
Estos
efectos quedan patentes en un gran proyecto promovido por la Fundación
Telefónica, bajo el expresivo título “El valor económico del español”. Un
estudio pluridisciplinar y extenso donde se exponen los factores que explican
la creciente importancia del español en nuestro tiempo. Algunos de estos
factores cómo la globalización económica o el despliegue de la sociedad del
conocimiento, son compartidos con otras lenguas de comunicación internacional
donde el inglés ocupa lugar preeminente, y cuyo principal soporte es la lengua.
En
síntesis, a escala mundial y a un ritmo cada vez más vivo, se están creando
nuevas y mayores posibilidades para la movilización de mercancías y recursos
reales y financieros, para los desplazamientos de personas, por razón de ocio o
de trabajo, y para específicos y culturales de muy variado contenido. Un mundo
más plano que necesariamente revaloriza las lenguas de comunicación
internacional. El español, entre ellas.
Sin
entrar en autocomplacencias, nuestra lengua que compartimos los
hispanohablantes tiene ante si grandes oportunidades que no se deben perder.
Oportunidades que obligan a tener una política de altura donde el español sea
considerado cómo bien preferente, desestimando e incluso prohibiendo todo
intento de minusvalorarlo por parte de algunas comunidades con la
intencionalidad clara de hacerlo desaparecer. También, y cómo complemento de lo
anterior, se necesita su promoción internacional concebida como una promoción
de política de Estado donde se articule una estrategia compartida entre España
y todos los países cotitulares de esa lengua.
No se
puede abandonar la riqueza idiomática que tenemos, donde paradójicamente el
peor enemigo de nuestro idioma somos los propios españoles. Se empieza con
maquillajes de la historia común española, cómo lo indicado al principio de
este artículo, y se va perfilando una estrategia que va entrando de puntillas
en nuestro quehacer diario, con prohibiciones, vetos y fobias hacia símbolos y
banderas, hacia las costumbres y el idioma español. Historias apócrifas que
aturden el sentimiento de lo español dinamitando la cohesión de un país, su
identidad, su patriotismo y su historia.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr.
Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose