Estamos recogiendo este año el resultado de la mala gestión del gobierno español: una inflación al alza y un coste de vida sin precedentes. Una gestión que es incapaz de poner freno a las subidas galopantes del petróleo, gas, luz,..., ni al aceite, el pan o la carne, básicos en cualquier cesta de la compra, y así sucesivamente. Las manifestaciones ciudadanas en España, por sindicatos de profesionales (no de clase), han puesto de manifiesto con absoluta claridad la coyuntura del país, que cada vez se hace más insostenible. Una sensación creciente de descontento e impotencia, por la presión de los precios, que está paralizando el crecimiento de la nación. Los últimos datos de la tasa de variación anual del IPC para marzo 2022 lo sitúa en el 9,8% (la tasa más alta en 37 años); lo que implica un diferencial de precios desfavorable respecto de la zona euro de 2,3 puntos porcentuales. Si además tenemos que la presión fiscal sobre las empresas en España supera hasta en casi cuatro puntos a la media de la Unión Europea (UE), lo único que le extraña al ciudadano es que los sindicatos de clase del país no hayan salido aún a la calle para manifestar su protesta. Silencio sindical, por qué será.
Ya se ha encargado la Moncloa de engrasar a estos sindicatos para que el próximo 1 de Mayo sea plácido, tranquilo. Donde el Gobierno pacta con Álvarez y Sordo un Día del Trabajo centrado en el no a la guerra y el cordón sanitario a Vox como trampantojos para no erosionar a Sánchez con la crisis y la inflación. Un pacto en toda regla. En plena sacudida de la inflación, con los salarios de los trabajadores, familias y los pequeños autónomos carcomidos por los precios disparados y fuera de control, los sindicatos van a dedicar el simbólico 1 de Mayo a Vladimir Putin y al cordón sanitario contra el partido de Santiago Abascal. Unos sindicatos, que ya dan muestra de ese pacto en la reunión mantenida con Núñez Feijoo, donde en lugar de debatir el plan económico presentado por el líder del PP para aliviar la economía de asalariados y autónomos, le exigen que se sume sin condiciones a ese cordón sanitario contra Vox que impulsa Sánchez y le conviene a él y a sus aliados.