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MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





lunes, 27 de septiembre de 2021

EL VICTIMISMO

 

La ingenuidad es una condición del ser humano donde predomina la ausencia de malicia y está relacionada con la confianza e incide en la cualidad de la interacción social. Como cualquier rasgo de la personalidad, la confianza varía a dos extremos: el positivo caracterizado con excesivo candor y credulidad, el negativo con la elevada suspicacia o desconfianza. De la ingenuidad se suelen aprovechar muchas personas haciendo de ellos sus víctimas a través de un victimismo. El victimismo es la tendencia de una persona, grupo de personas o colectivo a considerarse víctima (el sacrificado), sin serlo. La verdadera victima sufre en silencio por culpa ajena o por causa fortuita.

La historia nos ha mostrado como el victimismo ha sido capaz de alterar las vidas y los acontecimientos de personas, sociedades y estados. Ya en el siglo X antes de Cristo, Salomón en sus Proverbios nos alertaba en los capítulos 10 al 24 de las formas correctas e incorrectas de vivir. Pero parece que estas y otras muchas advertencias a los ingenuos, y no tan ingenuos, ante el victimismo no han hecho mella. Si no miremos, por citar solo unos ejemplos, como actualmente siguen sacando tajada estas pseudo víctimas.

Caso Rocío Carrasco, que apoyándose en la gran difusión de una cadena de televisión va desgranando con desparpajo y llantos sus intimidades familiares, prejuzgando a todo el que ella quiere y sacando buenos réditos de sus actuaciones victimistas.

Caso nacionalismo, donde la conciencia victimista, inoculada desde las instituciones autonómicas con gran perseverancia, ha arrastrado a una parte de la sociedad catalana a un delirio trastornado de monomanía persecutoria convencidos de vivir bajo la opresión de un régimen autoritario. Su gran maestre de ceremonias es, sin duda alguna, Puigdemont, sujeto mediocre, un pícaro sin ética, pero capaz de poner en jaque al Estado español.

Caso izquierda identitaria, una apuesta clara por el victimismo identitario (territorial, cultural, religioso, racial, sexual, etc.) atrapado en esa mentalidad de víctimas que llevan cualquier asunto de lo cotidiano al terreno de lo personal y con tal susceptibilidad que siempre son ellos los ofendidos.

Todo este victimismo mantiene siempre la misma línea de actuación: proclives al sacrificio por los demás, sin que nadie se lo haya pedido, pero nunca lo hacen desinteresadamente; no hay circunstancia ni acontecimiento que escape a un enfoque de agravio, un paroxismo de la cultura de la queja y del lamento; quieren dialogo pero sin escuchar y siempre que el resultado sea favorable a ellos. Su público es siempre gente simplona, inexperta, ingenua, a la que pueden doblegar y dirigir. Un victimismo cada vez más extendido y que nos hace preguntarnos, como Salomón en sus Proverbios (1:22):   “¿Hasta cuándo, oh ingenuos, amaréis la ingenuidad? ¿Hasta cuándo los burladores se deleitarán en hacer burla, y los necios aborrecerán el conocimiento?

José Antonio Puig Camps. (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Presidente Grupo de Estudios de Actualidad Valencia (AGEA)

Publicado 27-09-2021