Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





jueves, 28 de septiembre de 2017

LA SOBERBIA DE LA DIVISIÓN



Hay que leer el libro “La vida oculta de Bergoglio” para darnos cuenta de la fortaleza del Papa Francisco ante situaciones vividas en su país de origen que tienen, en algunas situaciones de tensión, similitudes con el nuestro. Muchas han sido sus intervenciones en diferentes foros donde hizo reiteradas llamadas a la pacificación y a la participación de todos los sectores sociales ante las situaciones de crisis vividas. Una fuerza, la de Jorge Bergoglio, que ante situaciones de crisis como la que estamos viviendo en estos momentos en España es digna de emular.
El silencio, ante circunstancias de atropello o agravio por abuso de poder de una minoría hacia una mayoría, hace que el mudo sea tan culpable o más que el vocero. Nadie, repito nadie está por encima de la ley, y cuando alguien se salta las normas o preceptos de obligado cumplimiento establecidas para regular, obligar o prohibir una cosa, y pretende que no se le castigue por ello o es un tonto, o se cree un iluminado, o lo que es peor hace tontos al resto de la ciudadanía.
La decisión de seguir siendo un país –España- compete siempre a cada uno de sus habitantes, de los contrario la solución nunca llegara. La experiencia dolorosa vivida en nuestra querida España, tras la guerra civil, y años de dictadura y represión, que debieron ser ya olvidados desde la aprobación por la Cortes y ratificación del pueblo español de la Constitución Española en 1978, parece haber sido olvidado cuarenta años después. Una constitución que ponía de manifiesto la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás como fundamento del orden político y de la paz social. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, Patria común e indivisible de todos los españoles.
Mucho se está hablando estos días de la necesidad de dialogo. En todo dialogo se debe aceptar aprender, cambiar y crecer, no para poder cambiar al otro a la fuerza, sino para que todos los participantes aborden el dialogo con una actitud de completa honestidad y sinceridad. Todo dialogo obliga a iniciar un camino nuevo. Todo dialogo debe pretender la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros, a un fin común. Siempre la solidaridad marca una huella transitable en medio del pantano. Un pantano donde la mentira, el escamoteo, la trampa y la ocultación son males que destruyen la comunidad.
No podemos dialogar en base a mantener posturas irracionales y fuera de la ley. No se puede dialogar para consensuar valores, los valores simplemente son, pues el juego acomodaticio de consensuar valores corre el riesgo de nivelar hacia abajo y entonces ya no se construye desde lo sólido sino que se entra en la violencia de la degradación. No se puede dialogar sobre la destrucción de España. Todo dialogo debe tener en cuenta al ciudadano espectador y no solo al ciudadano actor. Éste último ha estado tomando la iniciativa demasiado tiempo, a base de escrachar a cualquier otro que no pensara lo que él piensa ni hiciera lo que él hace.
Es también cierto que unidad no significa uniformidad, pero no debemos retornar a la soberbia de la división centenaria de izquierdas y derechas o de buenos y malos. Ni tampoco a la soberbia del internismo faccioso, gran deporte nacional, en el cual en vez de enriquecernos con la confrontación de las diferencias, consiste en destruir implacablemente hasta lo mejor de las propuestas y logros de los oponentes. No sigamos revolcándonos en el triste espectáculo de los que ya no saben cómo mentir, de los que ya no saben cómo salir de sus constantes contradicciones para mantener sus privilegios, su rapacidad y sus cuotas de ganancias mal obtenidas. No perdamos la oportunidad histórica de dar cabida a propuestas que dignifiquen y hagan crecer más nuestra capacidad como nación y, por el contrario, nos encerremos en inapelables o inamovibles propuestas que nos lleven a todos a un callejón sin salida.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog: http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 28-09-2017