Nuestra vida
está llena de titulares, pero de pocos ejemplos a los que seguir. Los titulares
hacen sencilla la lectura de la prensa, nos permite conocer el contenido de
novelas, películas, texto e incluso tesis
doctorales, sin necesidad de leerlos y conocer si, esos titulares, hacen un juicio
justo al contenido de los resumido o titulado. Pero la vida es algo más que titulares,
la vida está repleta de situaciones, detalles o particularidades que hacen que lo
vivido sea plausible o reprobable. Unos gestos que, vistos por otros, son
clasificados, son etiquetados, y van construyendo el parecer que sobre nosotros
tienen los demás.
Estos días, como
consecuencia del último atentado yihadista en Borough Market de Londres, un
muchacho de treinta y nueve años, Ignacio Echavarría, ha dado al mundo entero
un ejemplo de dignidad y heroísmo, una guía a la sinrazón del terror. Una
persona valiente y generosa, que sin pensárselo dos veces, y ante el ataque que
unos desalmados estaban infringiendo a una mujer, se enfrentó con su monopatín,
el solo, a los tres terroristas. Su acción permitió dar tiempo a que otras
personas pudieran salvarse. Una vida a cambio de defender a sus semejantes, a
su prójimo, una vida que no necesita titulares,
sino un ejemplo a seguir.
Ignacio, no he
tenido el placer de conocerte pero tengo claro que Jesús te hubiera puesto como
ejemplo del buen samaritano. Un hombre valiente, decidido, que pone a los demás
por encima de sí mismo. Un hombre que simplemente actuó movido por la
misericordia. Has dado ejemplo al mundo entero de lo que es vivir pensando en
el “otro”, en el que está necesitado, en la victima injusta de un acto atroz.
Te has dejado tocar por el dolor y la miseria de los demás. Tu hermano, que
bien te conocía, definió claramente quién eras: Muy buena persona, ¡que
magnifica definición!, un resumen de vida que lo dice todo sobre ti. Un
ejemplo, un héroe, un sacrificado, etc., titulares que nos han llegado a todos
nosotros a través de los medios de comunicación. Pero nadie te ha puesto de
ejemplo como el buen samaritano.
Has mostrado al
mundo que tienes una familia unida, querida, con mucho amor. Una familia que ha
sabido comportarse ante los momentos de dolor, ante los momentos difíciles que
son los que nos clasifican, nos etiquetan, los que van construyendo el sentido
real de lo que debe ser la familia. Una familia que no ha necesitado titulares,
su quehacer diario ha dado su fruto en una persona como tú. Como padre te digo
que el mayor orgullo es tener un hijo como tú los has sido. Un hombre querido
por tus sobrinos, religioso, recto, trabajador, amigo de todos los que te
rodeaban, jovial, deportista y preparado para afrontar tu trabajo. Un ejemplo
que, por desgracia, muchos no quieren mirar porqué lo que ven está muy lejos de
lo que ellos son.
Ignacio, tu
hermana Ana es otra muestra de amor y sensibilidad. Su capacidad de entender,
sentir y responder a la excitación del momento, donde la mayoría mostraríamos
enfado, nos enseña cómo debe actuar un verdadero cristiano. Sus palabras
tranquilas, pero entrañables, nos causó un fuerte sentimiento de asombro cuando
dijo: “Algo muy triste y muy duro se está convirtiendo en algo más bonito y muy
grandioso”. Descansa en paz, y ahora sigue pidiendo por nosotros.
José Antonio Puig Camps.
AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog:
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 09-06-2017