Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





martes, 25 de junio de 2024

ESOS PEQUEÑOS DETALLES

 

El miércoles pasado (19-06-2024), Felipe VI celebró su décimo aniversario de su reinado tras jurar la Constitución ante las Cortes Generales y ser proclamado rey el 19 de junio de 2014. Varios han sido los actos que se han celebrado en el Palacio Real y sus alrededores para festejar esta efeméride. Si algo llamó la atención en los brillantes y solemnes actos fue, entre otros, la desfachatez con la que el fiscal general del Estado saludaba a la imputada Begoña Gómez con risitas cómplices compartidas con su marido (presidente del Gobierno). Un desternillante saludo que mostraba claramente, con sus miradas, que su misión estaba cumplida. Supongo que Sánchez pensaría “pringado gánate el puesto y no me falles”. El recato institucional y el respeto a las mínimas normas le son indiferentes a la pareja Sánchez-Gómez. Se sienten intocables. Ya lo dijo su boceras Puente: “es el puto amo”.   

El Salón de Columnas del Palacio Real estaba repleto de sanchistas, pues hasta le pusieron una silla a Baltasar Garzón, tal vez como representante de los españoles condenados por prevaricación. Un grupo que empieza a moverse para obtener del Tribunal Constitucional lo alcanzado por Maleni: el borrado del delito de los ERE fraudulentos ya sentenciado por el Tribunal Supremo. Si Sánchez ya lo ha conseguido para sus socios parlamentarios con la amnistía, por qué no a vosotros. Muchos dirán que son pequeños detalles, pero a veces son los más significativos. Como el de Sánchez, en una entrevista (julio 2020 con el ministro italiano), al calificar de “inquietantes” y “perturbadoras” las informaciones sobre Juan Carlo I ante la condena ética que recibía. Aquel pequeño detalle enseñó la puerta de salida al Rey. Sus medios afines se lanzaron a por él y lo consiguieron.

Sabemos que la lamentable iniciativa de su destierro partió del Ejecutivo y la encargada de comunicarlo a la Zarzuela fue Carmen Calvo. Ojo Majestad a los detalles. Admiro mucho al Rey Felipe VI, por su papel como Jede de Estado y su compromiso con la Constitución, también por haber sabido templar la situación que su padre dejó con sus devaneos e imagen poco edificante. Sin embargo, se echa de menos aquel “¡por qué no te callas!”, que tan acertadamente utilizó su padre ante el sátrapa venezolano, y que en la situación actual debería usarlo con este Ejecutivo. Un Gobierno que siempre utiliza pequeños detalles para ridiculizar la Monarquía, como utilizar sus efemérides poniendo en su mesa del Palacio Real a esa banda de prevaricadores e imputados dejando en la calle al jefe de la oposición de un partido que ganó las últimas elecciones generales con un respaldo de más de ocho millones de españoles. O, dejar solo a Felipe VI en su viaje a la frontera de la OTAN en los países bálticos. Eso si es perturbador e inquietante.

Da la impresión, para muchos españoles, que Felipe VI ha perdido el instinto que su padre demostró en varias ocasiones, como el 23F de 1981, y darse cuenta de que la mayoría de sus invitados al acto del aniversario son los que pretender sacarlo de la Zarzuela y no los que dejo en la calle. El manejo institucional por parte de este Ejecutivo está consiguiendo socavar el deseo de un pueblo hacia su Monarca. Ya lo hicieron con su padre. Todos estamos esperando que vuelva a demostrar las agallas de aquel discurso del 3-X-2017 y poner más respeto institucional. Felipe VI antepuso su deber a sus afectos familiares, cuestión que nunca haría Sánchez apartando de la vida pública a su esposa o a su hermano. Si Sánchez aplicara el mismo rasero censor que aplica a todo aquel que le contradice, la fila de proscritos a cualquier acto de Estado sería tan larga que Felipe VI tendría que actuar como aquel rey de la “parábola del banquete de bodas”: salir a la calle a buscar invitados. ¡Ojo! Majestad, a tantos “pequeños detalles”.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado el 25-06-2024.

domingo, 9 de junio de 2024

CIUDADANÍA EN UNA DEMOCRACIA PLENA

Históricamente hay dos momentos donde el concepto de ciudadanía evolucionó: siglo XII, cuando los países medievales comienzan lentamente a asumir un rol regulador de los derechos civiles; y el siglo XVIII, cuando se produce una ampliación de los derechos sociales al ciudadano que dejo de ser súbdito. Es precisamente a fines de la edad moderna, especialmente con la revolución francesa y americana, cuando se comienza a demandar un espacio de participación política para los habitantes del Estado. Pero no todos eran ciudadanos, quedaban excluidos los aristócratas, los extranjeros, los criminales, las mujeres y los marginales. El ejercicio pleno de la ciudadanía quedaba aún muy distante.

Uno de los principales retos de la actual teoría de las libertades consiste en precisar el significado y alcance de la noción de ciudadanía. No podemos hablar de ciudadanía sin citar al sociólogo británico Thomas Humphrey Marshall, que en 1950 publicó “Ciudadanía y clase social”, un ensayo basado en la conferencia anual en Cambridge que dio Alfred Marshall (economista) en 1885 para plantear el problema de “la igualdad social”. Este libro se convirtió en un referente dando lugar, en parte, a la construcción teórica del Estado del bienestar, y agitó particularmente el debate académico en el siglo pasado, saltando entonces a la primera línea del interés internacional. Su obra hay que contextualizarla en aquellos años, con una Europa incendiada tras la Segunda Guerra Mundial, y su deseo de contribuir en la reconstrucción del nuevo mundo postbélico que obligaban a redefinir el análisis de los conceptos de “ciudadanía” y “clase social”.

Para Marshall, la ciudadanía queda definida como “aquel estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de una comunidad”, y señala la existencia de una tendencia hacia la expansión de los derechos de la ciudadanía: civiles (integrado en las capacidades del ejercicio de las libertades individuales), políticos (el derecho a la participación en el poder político) y sociales (como garantía a una vida digna y al bienestar social de los individuos). Para este sociólogo el “prejuicio y la parcialidad de clase”, junto a la “distribución desigual de la riqueza”, son factores muy influyentes a que ciertas personas no puedan protegerse social y económicamente. Factores que muestran que el individuo no es solo un sujeto racional (homo oeconomicus), sino un ser capaz de tener un sentido de la justicia a partir de su percepción de trato social, económico y moral, y que recibe de la sociedad en la que vive y de sus semejantes.

Si bien la democracia representativa y plural vio su triunfo a nivel mundial en los últimos dos lustros del siglo pasado. Esta conquista, poco a poco se ha ido deteriorando por el descrédito de los partidos y las instituciones políticas, la falta de honestidad de sus programas políticos y sus dirigentes, así como la corrupción existente. La estructura política creada ha debilitado los poderes del estado (legislativo, ejecutivo y judicial) y, con ello, el resurgimiento del nacionalismo, integrismos étnicos y fundamentalismos religiosos. Un resurgimiento que ha minado la soberanía del pueblo español y la democracia plena, donde el concepto de ciudadanía ya no es de pleno derecho de una comunidad sino de varias enfrentadas. Así, se llega a concebir un modelo de Estado patrimonialista y personal, sostenido sobre una malla asistencial clientelar y corporativista, totalmente ajeno al igualitarismo propio de una ciudadanía moderna y solo al servicio de los intereses del dirigente y su séquito. Un modelo así carecerá de una ciudadanía que trate de empoderar al sujeto moral, al sujeto ético, al sujeto de derechos y al sujeto ciudadano, volviendo a la condición de súbdito tan alejado de toda democracia plena.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado el 09-06-2024.

sábado, 25 de mayo de 2024

EL TRAJE DEL NUEVO EMPERADOR

 

La visita a España del presidente de Argentina, Javier Milei, para participar en un acto organizado por Vox en Vistalegre, llevaba carga de profundidad a la vista de cómo han actuado los miembros del gobierno español, con su presidente a la cabeza, contra Milei. Son muchos los que piensan que esas actuaciones eran una clara estrategia del Psoe para animar las elecciones europeas, algo a lo que nos tiene acostumbrado Pedro Sánchez. Desde que Javier Milei se presentó como candidato a la Presidencia de la República Argentina se observa esa inquina del presidente del Gobierno español hacia él. Es como una tragedia griega donde el corifeo anima al coro a seguirle. Se inicia haciendo campaña en favor de su rival electoral, Sergio Massa, y acusando a Milei de ser “uno de los lideres principales de la Internacional ultraderechista”. El accidente se va construyendo con el coro: Morant lo califica de defensor “de los regímenes fascistas”, el lenguaraz ministro Puente lo acusa públicamente de consumir “sustancias”, y del resto, ha salido de todo.

Resulta inadmisible que Javier Milei venga a España y, literalmente, aluda al presidente Sánchez de “calaña de gente atornillada al poder” o tratar de “corrupta” a su esposa. Sin embargo, el contexto previo a su visita estaba perfectamente orquestado y cocinado para que su final fuera la catarsis del presidente argentino. Pero un personaje como él, no podía dejar que su final fuera ese y respondió como se esperaba, o no. La mala diplomacia, ya demostrada por el actual gobierno en otras ocasiones, en lugar de no prestar tanta atención a unos comentarios impertinentes y ajenos a un acto oficial, inicia su cruzada contra el presidente argentino por unas palabras “sin precedentes y que sobrepasan cualquier diferencia política e ideológica” y “llevan las relaciones a su momento más grave en la historia reciente”, según el ministro de exteriores Albares.

La sobreactuación del Sr. Albares, sí que no tiene precedentes en nuestra democracia, al llamar a consultas a la embajadora española en Buenos Aires, María Jesús Alonso. Una llamada “sine die”, es decir, que los intereses de nuestra nación y de nuestros conciudadanos en Argentina quedan en el aire. Asumir el hecho acaecido como un ataque a la democracia española, es confundir la vida particular con los intereses de la nación, un dislate inasumible para un gobernante democrático. Nadie tiene derecho a dañar la reputación de Begoña Gómez o de cualquier otro ciudadano, pero confundir la honorabilidad de la esposa del presidente con las instituciones estatales, como ha expresado Albares, es tan desmesurada y esperpéntica como la del presidente del gobierno al confundir el ataque a su esposa en una cuestión nacional.

Que Sánchez prolongue el conflicto, como lo está haciendo, además de renovar la visibilidad del hecho al escrutinio público de la ejemplaridad de su esposa, muestra su nerviosismo y la aplicación de diferentes criterios de juicio para evaluar situaciones similares. Situaciones como las de López Obrador, Nicolás Maduro o Daniel Ortega, con sus intentos continuos de ofender a la Corona, no han tenido jamás la más mínima reacción del presidente del Gobierno español ante esas afrentas. Pero claro Sánchez nunca ha ido de presidente de Gobierno, sino de “nuevo emperador de las causas progresistas”. Como tal le debemos obediencia y sumisión, nadie se atreve a decirle que está confundido. Lo cual recuerda mucho al cuento escrito por Hans Christian Andersen “El traje nuevo del Emperador” donde nadie era capaz de decirle que iba desnudo y no vestido con un traje de gala invisible. Tal vez alguien debería decirle que está desorientado, que su progresismo es pura calderilla y atreverse a ser como aquel niño que dijo en voz alta “pero si va desnudo”.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado el 25-05-2024.