Aprendemos a mentir desde niños a
través de la observación; vemos como la gente miente y usualmente esas mentiras
pasan sin consecuencias ni castigos, así que el hábito de mentir se vuelve una
manera aceptable de interactuar con los demás. Según Douglas Peters, profesor
de psicología en la Universidad de Dakota del Norte, mentir constantemente
puede parecer contraproducente, pero engañar “un poco” a los demás y proyectar
incluso una imagen ensalzada de ti mismo, es una parte natural de la vida. Hay
muchas razones que pueden motivar a la gente a decir mentiras. A pesar de que
cada una de las razones podría ser diferente a la otra, la raíz de todo sigue
siendo la incapacidad de soportar las consecuencias de decir la verdad.
La mentira es la combinación de
ser incapaz de hacer frente a los resultados de la honestidad y la falta de
valores propios (la tolerancia de la mentira). Estamos asistiendo en España al
mayor movimiento de falsedades que jamás hayamos hecho frente. Una mendacidad que
lleva siempre a justificar lo injustificable. Mentiras perfectamente
orquestadas por aquellos que lo único que pretenden es desestabilizar un país;
su falta de honestidad, de coraje, y de respeto a la conducta moral y social
que se considera apropiada está llevando a límites inaceptables e intolerables
a nuestra sociedad. En RAC1, radio de entrevistas en catalán, la secretaria
general de ERC, Marta Rovira, ha denunciado que “fuentes solventes y
contrastadas” del Ejecutivo central hicieron llegar a Carles Puigdemont y a
Oriol Junqueras la posibilidad de un “escenario de violencia extrema con
muertos en la calle” ante la escalada de la tensión política en Catalunya.
Además, Rovira ha relatado que se amenazó con el “uso de armas de fuego”. Ante
estas declaraciones, el Gobierno español desmiente que amenazase a la
Generalitat con extrema violencia y muertos en las calles en Catalunya por la
situación política. Mariano Rajoy ha tachado de “absoluta vergüenza” y de
“enorme mentira” esas afirmaciones, vertidas por la secretaria general de ERC,
Marta Rovira.
Ante esta premisa, si la señora
Rovira tiene esas “fuentes solventes y contrastadas” del Ejecutivo central ¿por
qué no las hace publicas ante el desmentido del Gobierno español? Parece claro
que si, a estas alturas con dirigentes del partido ERC ajusticiados y un
Puigdemont exiliado, la secretaria general no lo demuestra evidencia, una vez
más, su incapacidad de soportar las consecuencias de decir la verdad. Si de
algo estamos acostumbrados los españoles
es a las continuas mentiras de los secesionistas catalanes, como el de
la salida de empresas de Cataluña que los dirigentes soberanistas anticiparon
que no ocurriría o el apoyo europeo que también prometieron que tendrían.
Pero no solo es el gobierno del
partido popular quien desmiente las mentiras de Marta Rovira. Los dirigentes
del PSOE y C's, Pedro Sánchez y Albert Rivera, también se han manifestado al
respecto. El socialista ha mencionado que el "victimismo" es lo único
que queda del independentismo de cara a los comicios del 21-D. Unas palabras
similares tuvo su homólogo naranja, quien apunta en un tuit que "llega la
designada por Junqueras" para mentir y "hacer victimismo otra
vez". El soberanismo catalán está una vez más haciendo de la mentira su
campaña electoral para el próximo 21-D. Lo de Rovira, es el pistoletazo de
salida de la peor campaña que vamos a tener para esas próximas elecciones por
parte de los partidos independentistas. La izquierda nacionalista
independentista y populista –ERC. La derecha nacionalista independentista,
populista y euroescéptica de Puigdemont - Junts
per Catalunya (antes PDeCAT, y antes CIU)-, y sus brotes secesionistas, seguirá
siendo un virus que corroe los cimientos de la estabilidad del Estado.
España no se halla incómoda ni
tiene ningún problema con Cataluña; los españoles no tienen crisis de
identidad, ni traumas obsesivos con su lengua y cultura, ni complejos victimistas
e históricos. El nacionalismo es un continuo chantaje a los españoles con la
amenaza de secesión, si no obtienen los privilegios que reclaman. Unos
privilegios que nunca tendrán fin. No pensemos que las próximas elecciones van
a truncar las ansias nacionalistas. Los partidos políticos constitucionalistas
se equivocaran si pretenden cambiar la Constitución para conceder más
privilegios a todas aquellas comunidades que llevan en su ADN el virus
independentista. Ese no es el camino. El camino es quitar privilegios y hacer
patente la solidaridad entre las comunidades y regiones. Toda independencia se
aplaca quitándoles las prebendas, canonjías y bicocas que les sirve para
alimentar a las entidades soberanistas –ANC, Omnium cultural, etc.-, que les
sirve para desviar el dinero y utilizarlo para sus pretensiones secesionistas.
No volvamos a cometer los mismos errores. No más mentiras.
José Antonio Puig Camps.
AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog:
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 24-11-2017