Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





viernes, 11 de noviembre de 2022

COMPROMISO O ENFRENTAMIENTO

 

Chantal Mouffe, filósofa y politóloga belga de pensamiento político posmarxista, ha desarrollado la teoría de una democracia “agonista” donde el conflicto entre posturas ideológicas opuestas se canaliza de tal forma que los diferentes actores se conciben unos a otros como rivales, en lugar de enemigos. Un conflicto de esta naturaleza, donde los rivales son considerados legítimos participantes del debate, es saludable en una sociedad democrática. El objetivo de un debate agonista debe ser el compromiso, un concepto bien diferente al del consenso. Con el compromiso, los rivales hacen tablas, ni unos ni otros acabarán totalmente satisfechos, pero todos lo aceptan como legítimo. El debate planteado en la ciencia política sobre el sentido del consenso es largo y complejo, llegándose a decir que el consenso es imposible sí no hay una superación total de las diferencias.

Tomaremos el consenso como la forma agonista de unir discrepancias, de aceptar criterios de una parte y de otra y de establecer compromisos. Ese fue el espíritu de la transición democrática española, donde la rivalidad se amparó en un consenso político y no ideológico. Un compromiso por el cual el país dejó atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco y pasó a regirse por una Constitución que restauraba la democracia. Fue un compromiso por la convivencia, la reconciliación, la concordia y el consenso desde el respeto al pluralismo democrático en nuestro país. Precisamente el pluralismo político es la razón de ser de la democracia representativa. La democracia liberal no pretende que se supere el pluralismo sino que se trate como una garantía de nuestra libertad. Un pluralismo que implica no solo las diferencias de ideas políticas sino también las que se manifiestan en situaciones tan complejas e inexpugnables como el religioso o el de los valores.

Sin embargo últimamente vemos que aquel compromiso por la convivencia y la reconciliación de las llamadas dos Españas se quiere dinamitar. La aparición de una generación política a la que no le gusta el pacto alcanzado, al considerar que significó una entrega o cesión, está muy equivocada, pues con sus planteamientos se está rompiendo el espíritu de la transición que ha traído muchos años de prosperidad, derechos y libertades nunca hasta entonces alcanzado. Es una generación de resentidos, incapaces de enterrar el odio visceral que sienten por España, dispuestos a retornar al pasado para dejarnos sin futuro. Quieren sustituir la democracia representativa por la autocracia, donde una sola persona gobierne sin someterse a ningún tipo de limitación y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad. Es la paradoja de este progresismo de izquierda que vino a defender la soberanía nacional, llenando sus discursos con conceptos de democracia y consenso y lo que realmente quieren es volver a imponer el régimen franquista que tanto odio les crea.

Si con Zapatero comenzó la quiebra del consenso constitucional y la apropiación de los caudales públicos para su ideología política. Con Sánchez el consenso ya no existe y el debate orgánico interno, clave para la salud democrática del país, se ha sustituido por un liderazgo autoritario donde los acuerdos de Estado han pasado al olvido. Su idea del capitalismo distributivo se centra en obtener el máximo posible de ingresos para redistribuir entre sus aliados y conseguir los votos que le mantengan en el poder. Su deseo es gestionar el poder y no gestionar España. La estrategia sanchista nunca pasará por el acuerdo, el compromiso o el consenso, todo lo contrario, su deseo es dividir la sociedad en bandos irreconciliables. Se trata de arrastrar a los ciudadanos al frentismo y minar los pilares del sistema democrático aprovechándose del impacto de las crisis existentes y mantener la consistencia de su alianza Frankenstein. Queda una cierta esperanza de que una parte de la sociedad esté dispuesta a impedir este enfrentamiento ideológico. 

José Antonio Puig Camps. (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Presidente Grupo de Estudios de Actualidad Valencia (AGEA)

Publicado 11-11-2022