Lleva esta denominación la teoría
formulada por el sociólogo alemán Robert Michels (1876-1936) en su libro “Political
Parties”, cuya primera versión se publicó en Alemania en 1910. En él afirma,
este pionero de la sociología, que a través de la historia la regimentación
política de las masas siempre estuvo a cargo de pequeñas minorías dominantes,
de modo que expresiones tales como “Estado”, “derechos civiles”,
“representación popular” y “nación”, forjadas por el pensamiento democrático,
son ficciones jurídicas sin ningún contacto con la realidad.
Hoy estamos viviendo situaciones, que se
acoplan perfectamente a lo que este sociólogo alemán denominaba “Ley de hierro
de la oligarquía”, donde pequeñas minorías dominantes marcan el ritmo de los
acontecimientos políticos, económico o sociales en nuestra sociedad. Si
repasamos algunos de los últimos acontecimientos, podemos percatarnos de ello.
En efecto, hace unos días se celebró en
España la 25ª edición del “estado de la nación” y muchos españoles nos quedamos
perplejos al observar que un partido, sin representación democrática en el
parlamento español (oligarcas de hierro), hacia su propio debate, evidentemente
fuera del hemiciclo, y encima recibía por los medios más repercusión que el
debate oficial.
Al día siguiente del debate, los medios nos
daban encuestas de los resultados del acontecimiento parlamentario, indicando
quién había ganado o perdido, y quién lo había hecho mejor o peor. Esto es
realmente pintoresco pues, es de dominio público, que casi nadie ve esos debates pero todo el
mundo tiene capacidad para criticarlos o valorarlos (oligarcas de hierro), y lo
más temerario es que tienen una gran eco en la sociedad.
Pero aún más, si ponías las noticias era más
fácil encontrar en ellas lo que había hecho la vicepresidenta del Congreso,
jugando al Candy Crush (hecho totalmente censurable si fue eso lo que hacía), que las medidas adoptadas por el gobierno en
relación a la ley para que las familias puedan reestructurar su deuda, de la
tarifa plana para contratos indefinidos, o de la eliminación de las tasas
judiciales para individuales. Las oligarquías de hierro nos hacen desviar la
atención y vemos solo lo que ellos quieren que veamos.
Con estos simples apuntes enumerados,
podemos observar, que expresiones como “ley”, “representación democrática”,
“derechos y obligaciones” o “hablar con veracidad y propiedad”, forjadas en la
lucha histórica por el pensamiento democrático, son también, como decía el
sociólogo alemán Robert Michels, ficciones jurídicas sin ningún contacto con la
realidad.
La oligarquía, que los escritores
políticos de la antigua Grecia emplearon para designar la forma degenerada y
negativa de la aristocracia (literalmente, gobierno de los mejores), hoy, la
podríamos utilizar para designar la forma vengativa y negativa con la que, algunos
medios y grupos con gran poder e influencia (oligarquías de hierro), actúan
para dirigir y controlar, en provecho propio, a la colectividad institucional.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Twitter: @JapuigJose