Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





lunes, 10 de marzo de 2014

PUEBLO DE POTIOMKI




Actualmente estamos observando, por desgracia con harta frecuencia, como los políticos en general y mucha gente en particular subrogan sus convicciones a lo políticamente correcto, es decir a lo que la gente, según ellos, quiere ver y oír. Se está llegando a perder poco a poco el espesor del compromiso con uno mismo, es decir la dignidad. Desaparecida esta tan solo queda la fachada, o el fantasma, de algo que es inexistente. Ha desaparecido la sustancia principal que el ser humano ha valorado durante muchos años e incluso ha dado la vida por ello: la honra, la reputación, el prestigio y en definitiva la libertad.

La sociedad actual actúa como los pueblos de Potiomkin, que a primera vista parecen muy bien acabados y deja a todos impresionados pero que, sin embargo, les falta la substancia principal, lo que debería haber detrás. Son aldeas, pueblos y villas inacabadas o lo que es peor inexistente. Se muestran a primera vista hermosos, idílicos, y en realidad son bastidores/fachadas pintadas, sin contenido alguno.

Estamos con nuestras actuaciones faltas de sentido, responsabilidad, criterios y valores, edificando esos pueblos que solo muestran la fachada pero que por detrás no hay nada más. Esta situación suele ser el comienzo de la crisis de una civilización que ha perdido su conciencia. Una sociedad que ha erosionado una serie de certezas fundacionales que permitían al ser humano formar parte de una tradición y de un gran proyecto de vida en común. Esta crisis es la que nos ha llevado a la situación en la que hoy Europa y España se encuentran. No han sido las penalidades materiales, ha sido la pérdida de nuestra fe en los principios sobre los que se habían constituidos esos países: la integridad de una cultura, la manera de entender el mundo, la firmeza de nuestras convicciones, la defensa de nuestras creencias.

Jesús identificó muy bien a esa sociedad “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos muertos y de toda inmundicia!” (Mateo 23-27). Su advertencia se manifestó hace dos mil años y cada vez apuntalamos más a esa sociedad en lugar de quitarles la careta y descubrir que detrás no hay nada.

Hoy lo estamos viendo en las decisiones sobre el aborto, y mañana lo veremos sobre la eutanasia y pasado…. El ser humano no solo ha perdido la dignidad, ha perdido la vergüenza. Ya todo vale con tal de mantenerse en el sillón, en el puesto, en el sueldo sabroso a costa de tantas y tantas vidas perdidas en la desolación y en la pobreza. Somos como el mariscal duque Grigori Potiomkin que mostraba desde lo alto de una colina, a la zarina Catalina la Grande, una aldea (Potiomkin) de nueva construcción en la que supuestamente vivía gente pero que en realidad encubría la verdadera situación catastrófica de la región. La zarina regresó engañada y convencida de que se estaban haciendo políticas correctas para llevar el bienestar a su pueblo.

José Antonio Puig Camps -Grupo de Estudios de Actualidad-

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