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"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





domingo, 29 de agosto de 2021

LA POLÍTICA DEL GORRÓN

 

Las personas son conscientes de que organizándose en grupos o pequeños colectivos se pueden obtener objetivos comunes que de otra forma no podríamos alcanzar. Es la acción colectiva o acciones sociales que en sociología se estudia en las perspectivas teóricas de la participación ciudadana a diferentes niveles: individual, grupal, sistémico. El primero, está centrado en el individuo, en los intereses que animan o motivan a las personas a la participación de acciones colectivas. El segundo, es el estudio de los grupos o colectivos, centrándose en sus formas de organización, sus estructuras de movilización, las causas de la insatisfacción de los ciudadanos, por qué se deben movilizar (objetivos, agravios, beneficios…). El tercero, el nivel sistémico, es decir la sociedad en sus dimensiones de estructura del contexto en que se va a movilizar, el por qué, el cómo y en qué condiciones.

Centrándonos en la primera, la individual, es interesante mencionar a Mancur Olson –destacado economista institucional y sociólogo- que centra como elemento común de este nivel la racionalidad instrumental. Es decir, la racionalidad entendida como el cálculo de coste/beneficio de la acción que se va a tomar. Para Olson, esa racionalidad se centra en la lógica (racional/instrumental) de la acción colectiva para obtener el máximo interés individual privado, a través del esfuerzo de los demás en esa acción. Así pues, según él, un individuo racional  no se afiliaría a una organización, o no participará en los esfuerzos por conseguir los fines que ésta promueve, si considera que participe o no (de conseguirse algo) él, individualmente, recogerá los mismos beneficios que si lo hubiera hecho. Es lo que se conoce como el dilema del “free rider” (término traducido como del “gorrón”).

Vivimos en una nueva fase de desaceleración económica. La política elaborada por los bancos centrales (tipos de interés muy bajos o negativos, compra de deuda pública y privada,…) apenas tiene ya efecto para mejorar la vida de la gente. Es el momento de estimular la inversión pública en servicios sociales como la sanidad y la educación, o en el combate contra la pobreza y la desigualdad, tan multiplicadas, y no en otras cosas. Pero vemos que falta voluntad política para poner en marcha la inversión, es más fácil la demagogia del gasto. Muchos gobernantes, atenazados por su tradicional rigidez ideológica, prefieren seguir exprimiendo la política monetaria de los bancos centrales y aplican la teoría del gorrón de Mancur Olson: aquel que disfruta de los beneficios de una acción colectiva sin participar en ella. Es la nueva política, la de los actores racionales que tienden a abstenerse en la acción colectiva en la medida en que piensan que otros harán la parte que les toca para conseguir algún objetivo mutuamente beneficioso.

El problema de las políticas socialistas es siempre la misma: que sólo saben gastar (y mal) y subir los impuestos. No son modelos que atraen la inversión, que estimulan el trabajo y que proporcionan ingresos crecientes para destinar a prestaciones sociales o servicios públicos. Pero estas ideas son difíciles de entender por alguien que tenga una mentalidad socialista, o nacionalista, o ambas a la vez, acostumbrado al despilfarro a costa de los demás. Su pretensión es entronizar la mediocridad, el igualitarismo a la baja. Es la política del gorrón. Como soy incapaz de mejorar mi rendimiento público, pues que los demás cobren más impuestos y me den el dinero que necesito para mantenerme en el poder.

José Antonio Puig Camps. (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Presidente Grupo de Estudios de Actualidad Valencia (AGEA)

Publicado 29-08-2021

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