Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





sábado, 30 de enero de 2016

TENER POLÍTICOS PARA LA HISTORIA



Vivimos en un mundo donde casi todo está mal repartido: El agua para beber y para regar los cultivos, los recursos naturales energéticos, la esperanza de vida de los habitantes del planeta. Igualmente existen diferencias importantes en sanidad, educación, derechos humanos, y un largo etc., que nos hacen pensar como el desarrollo económico ha sido, y es, muy heterogéneo. Todo esto se traduce en evidentes desigualdades de todo tipo y, con ello, que una gran parte de la población mundial viva en la pobreza o escasez de lo necesario para vivir dignamente.
En España, la crisis económica ha puesto de manifiesto las fisuras en las estructuras básicas del Estado del bienestar: unas políticas sociales que no fueron capaces de acabar con la pobreza estructural cuando no había estrecheces económicas, y un sistema tributario que no recauda lo suficiente para reconducir dichas políticas, y que sin embargo potencia (mima) la acumulación de riqueza individual dentro y fuera de nuestras fronteras.
Las medidas adoptadas en España desde 2010 ahondan en esas fisuras y afectan sobre todo a los trabajadores y personas con menos recursos: subidas de impuestos y bajadas de salarios; recortes en educación, sanidad y protección social; erosión de los derechos laborales con precarización del empleo; reducción al mínimo del presupuesto de ayuda oficial al desarrollo, indispensable para articular las políticas de solidaridad hacia quienes están en circunstancias aún más difíciles fuera de nuestras fronteras. Medidas que fueron necesarias en un país que se encontraba al borde del rescate y con un paro cercano a los 6 millones de personas. Pero ahora, si los políticos no lo remedian, tenemos las bases para que desaparezcan esas fisuras estructurales.
No cabe duda de que estamos en un punto de inflexión donde lo que está en juego no es la recuperación del crecimiento económico, sino el modelo de sociedad para España (y Europa) en el siglo XXI. Las propuestas para ese nuevo modelo pasan por actuar sobre cuatro pilares básicos: la justicia fiscal, el blindaje de las políticas públicas, el fomento del empleo digno y el refuerzo democrático, poniendo a las personas en el centro, sobre todo a las más vulnerables.
El Estado ha de cumplir pues su función redistributiva – que no es otra cosa que actuar sobre el bienestar económico y social de las familias- mediante: la financiación pública, suficiente y estable, de los servicios sociales básicos de calidad y de la protección social de los grupos de población más vulnerables. La promoción de la creación de empleo digno, sobre todo entre los jóvenes, las mujeres, los parados de larga duración y otras personas con mayor riesgo de exclusión. Recaudar de manera que los impuestos no sólo no contrarresten el efecto redistributivo del gasto en políticas públicas, sino que lo potencien. Y dar confianza al ciudadano con políticas transparentes y tendentes a eliminar todo tipo de corruptelas.
España no es, ni Venezuela, ni Portugal, ni Grecia. España es un país que en 2015 ha conseguido la mayor reducción de paro de toda la serie histórica. Una España que actualmente está liderando la economía europea con un PIB del 3,4, frente al 1,9 UE y un 2,2 de la OCDE y con una de las mayores expectativas de crecimiento de la UE. Un país que ocupa el quinto lugar del mundo en exportaciones, el segundo lugar por fabricación de automóviles, tercera en el mundo en materia turística. Un país que no puede permitir que en estos momentos, de tanta incertidumbre mundial, nos pongamos a hacer experimentos que en otros países, la historia lo ha demostrado, les ha llevado a la ruina.
España sigue teniendo graves problemas que exigen aunar esfuerzos, voluntades y capacidades. Es el momento de tener políticos para la historia y no políticos que olviden la historia. Si originalmente, el poder político era unipersonal: un rey, un sacerdote, un emperador; actualmente la ciudadanía está exigiendo mayor pluralidad y consenso. Está exigiendo mayor participación y legitimidad que, anteriormente, había cedido a sus gobernantes. Pero no olvidemos que un pueblo, un país o una nación necesitan siempre leyes y que estas se cumplan.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose

No hay comentarios:

Publicar un comentario