La condición humana es un término que abarca la totalidad
de la experiencia de ser humanos
y de vivir vidas humanas. Unas vidas llenas de matices donde se van
descubriendo los auténticos valores humanos; del dominio de si y del respeto
hacia los demás, tan necesarios para las relaciones interpersonales; de la
responsabilidad, de la lealtad y del espíritu de servicio. Valores, todos
ellos, que se forjan a fuego lento y que requieren un sencillo pero fuerte
sentido de pertenencia: la conciencia de no haber sido simplemente arrojados al
mundo.
España atraviesa una situación que nos recuerda a la
vivida hace casi cuarenta años, cuando los españoles nos pusimos a la ardua
tarea de hacer una transición democrática y que culminó con la Constitución
española de 1978; carta magna, que garantizaba la convivencia democrática.
Muchos fueron los españoles que renunciaron a tantas y tantas cosas para
aceptar el bien común de todos los pueblos de España y dejar atrás las
atrocidades vividas en uno y otro bando.
La transición española, pasó de un régimen autoritario a
la consolidación de la democracia en España, llamó la atención de numerosos
países y observadores internacionales. El éxito sorprendente, y relativamente
rápido de la transición, se ha considerado como un modelo del que se sacaron
lecciones prácticas relevantes para aplicar a otros muchos países. La
transición fue un ejemplo de lealtades, responsabilidad y espíritu de servicio.
Sin embargo, el paso del tiempo esta mostrando que algo ha
fallado en aquel modelo. La situación por la que está atravesando España en los
últimos años muestra que la transición política aun no ha cerrado la herida
abierta en la contienda del 36. La división entre los españoles vuelve a
manifestarse y con ello el enfrentamiento y disturbios que solo pueden acabar,
de no cortarse, en algo que parecía estar olvidado: la confrontación.
La primera región que está sacando la zarpa
desestabilizadora es Cataluña, que empecinada en ser independiente de España
maltrata, de forma inmisericorde, al resto de los españoles con las mentiras,
invenciones, falacias, e irracionalidades que, los mal llamados “patriotes
catalans”, han inventado con el único propósito de justificar su secesionismo
de cara a una opinión pública nacional e internacional maliciosamente
manipulada.
Si los "patriotes" de izquierdas y de derechas
catalanes han sido capaces de entenderse y unirse para maltratar y destruir
nuestra verdadera nación: España, me pregunto, que les está pasando a las
formaciones políticas constitucionalistas, para no entenderse y hacer frente a
esta situación que puede derivar en grandes males para todo el pueblo español.
Si existe consenso en el diagnostico, en cuanto: asegurar
la recuperación económica y la creación de empleo; regenerar la democracia y
acabar con la corrupción; reformular el modelo territorial y reformar el
sistema judicial, electoral y la transparencia en la gestión pública ¿a que
esperan?
Ha llegado el momento en que ciudadanos y políticos sean
conscientes de esta nueva realidad. Ha llegado el momento de quitarse la careta
de la hipocresía y llamar a las cosas por su verdadero nombre. Ha llegado la
hora de la cirugía y dejarse de poner paños calientes a una España que está
enferma. La situación actual requiere soluciones valientes, unitarias,
sensatas, que sepan combinar lo económico con lo social, siempre en un entorno
político de estabilidad, paz y libertad.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose
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