Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





lunes, 10 de marzo de 2025

LA FAMILIA ESTRUCTURA SOCIAL BÁSICA

La familia, como estructura familiar, ha sido objeto de crítica en las teorías marxistas al considerarla como una herramienta del capitalismo. Creen que sus funciones principales son reproducir fuerza de trabajo, transmitir la propiedad privada (mantenimiento de la desigualdad de clases) y actuar como unidad de consumo para sostener la economía capitalista. Friedrich Engels, uno de los padres del marxismo junto con Karl Marx, desarrolló teorías sobre la familia en su obra “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” (1884), donde sostiene que la monogamia y las estructuras familiares surgieron de la propiedad privada. Algunos críticos argumentan que Engels da demasiada importancia a la economía como factor determinante en la evolución de la familia, sin tener en cuenta que otros factores como la cultura, la religión y la política, también juegan un papel significativo en las estructuras familiares.

La vida cambia continuamente ante nuestros ojos; antiguos hábitos y costumbres desaparecen poco a poco. Toda la existencia de la familia proletaria se modifica y organiza en forma tan nueva, tan fuera de lo corriente, tan extraña, como nunca pudimos imaginar. Pero la familia como estructura social básica en la que padres e hijos se relacionan entre sí, basándose esta relación en lazos afectivos, forman un sistema afectado por una doble interdependencia; los miembros entre sí y la interacción con el entorno. Por eso, su modificación afecta de manera directa en la organización social. La familia es el primer espacio donde se aprenden valores:respeto, solidaridad, la honestidad y la responsabilidad, los cuales contribuyen a la cohesión social, la perseveración cultural, el comportamiento ético y el desarrollo de ciudadanos responsables. Es a través del fomento y el fortalecimiento de los valores familiares que podemos crear una sociedad que se caracterice por la compasión, la integridad y el compromiso con el bien común.

Considerando la familia como grupo formado por adultos que conviven con hijos suyos no emancipados la realidad presenta negras sombras tanto en lo cuantitativo, cualitativo y económico. Cuantitativamente, por el desplome de la familia que ha ido en aumento debido a la caída del número medio de sus miembros y al desplome de la natalidad y el auge de la monoparentalidad. Cualitativamente, porque ahora mucha menos gente opta por casarse frente a sus alternativas de vivir en pareja de hecho o sola, y por la facilidad legal de una ruptura matrimonial. Económicamente, dado que la familia tiene menos ayudas económicas, alta tasa de desempleo, alta carga impositiva y esfuerzo económico para acceder a una vivienda. Por el contrario, las mayores mejoras que afectan a la familia se han dado en el campo de la salud y esperanza de vida, lo cual es muy importante.

La modernidad individualista está arrasando todo vestigio de afectividad paternofilial y entre cónyuges. Pero las familias aguantan la furia que contra ellas acomete el progresismo para destruirla. No sólo eso, sino que salvan al sistema de su quiebra dando cobertura a sus miembros en las etapas de la vida donde se es más vulnerable (infancia, vejez o enfermedad), allí donde las instituciones del estado han fallado. Una sociedad que protege a la familia es una sociedad que valora el sentido de comunidad, como sentimiento de pertenencia a una comunidad que le apoya y valora, desprendiéndose del individualismo destructivo que lleva a una ética de desesperanza y del sálvese quien pueda. Contra el neo individualismo de nuestra época está la familia como gran soporte emocional que proporciona un entorno de amor, seguridad y comprensión, un refugio ante las adversidades brindando estabilidad económica, emocional y física, especialmente en momentos difíciles. 

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado 10-03-2025

jueves, 20 de febrero de 2025

LA NUEVA REALIDAD MUNDIAL

 

El exprimir ministro italiano, Enrico Letta, es concluyente al decir: “La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y su agresiva política internacional era una cuestión inevitable al hablar del momento que vive Europa. Sin embargo, a juicio de Letta, Trump debe considerarse más bien un “acelerador” para aplicar la integración económica de forma completa”. El duro ataque del vicepresidente de EE. UU, James David Vance, en su discurso en la Conferencia de Seguridad de Múnich el pasado 14 de febrero, contra las democracias europeas lo escenificó de forma clara y contundente. Un discurso dirigido a los comisarios de la Unión Europea (UE) acusándoles de estar retirándose de algunos valores fundamentales, con una frase lapidaria resumen de la situación europea: “el mayor peligro para Europa no es Rusia, China u otro actor externo, sino que viene de dentro”. La fragmentación de la UE (27 voluntades) muestra muchos enemigos internos ante los intentos rusos de volver a los esquemas del pasado. Nuestra debilidad entre la economía europea y estadounidense, con una innovación, sin grandes competidores tecnológicos europeos frente a las de EE. UU, muestra una Europa débil, presa fácil para un Trump orgulloso de haberse conocido.

El presidente de los Estado Unidos estableció ese orgullo: “Nada se interpondrá en nuestro camino”. Sus decenas de ordenes ejecutivas firmadas nada más tomar posesión del cargo fue una clara advertencia de su objetivo: poner las bases de una nueva realidad mundial, alejada de aquel mundo bipolar surgido tras la caída del Muro de Berlín. Estados Unidos y China son las dos grandes potencias imperiales que usaran a intermediarios, como Putin, para debilitar a Europa. Una nueva realidad mundial que no cuenta con la UE. La reunión en Riad, para tratar el final de la guerra de Ucrania, solo con los gobiernos rusos y americanos, es un claro ejemplo de la irrelevancia europea y de los ucranianos, un país que ha conseguido sobrevivir como estado y como sociedad ante un agresor mucho más fuerte. Una paz a cambio del control de las tierras raras, los puertos e infraestructuras, el petróleo y el gas. Si Zelenski acepta, el acuerdo equivaldría, según recoge The Telegraph, a una parte del PIB ucraniano mayor que las reparaciones impuestas a Alemania en el Tratado de Versalles. Es claro que para Trump la paz es otro negocio.

Pero, para Zelenski: “No habrá conversaciones de paz sobre Ucrania sin Ucrania”. La resistencia de Ucrania pasa claramente por una UE fuerte. Para lo cual es inaplazable que la UE avance en una mayor integración para negociar desde una posición de fuerza y no desde la posición actual de una enorme crisis económica y de liderazgo. Para ello, se deberá contar con un plan para el futuro económico de Europa ya establecidos por Mario Draghi y Enrico Letta, que pasan por un enfoque común europeo centrado en el crecimiento tecnológico, económico y social, y la renuncia a las soberanías nacionales, para hacer frente a la pujanza de EE. UU y China. Europa no puede aceptar un acuerdo que castiga a Ucrania, como se hizo con Alemania en el Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial, eso sería una clara capitulación a los esfuerzos de millones de europeos ante un invasor como Putin. La UE no puede fiarse de un Tratado de paz sin su presencia y la de Ucrania, tras los precedentes sobre Garantías de Seguridad, como el “Memorándum de Budapest” del 5 de diciembre de 1994, donde Ucrania entregó a Rusia su arsenal nuclear a cambio de que esta respetara su integridad territorial. Un acuerdo garantizado por EE. UU, Reino Unido y China. El 18 de marzo de 2014, Putin se anexionó Crimea y estableció gobiernos títeres en las provincias de Donetsk y Lugansk.

El dialogo emprendido en Arabia Saudí entre Rusia y EE. UU es una legitimación clara al agresor Putin, y una advertencia de lo que puede ser el futuro de la presidencia de Trump para ahogar a Europa. Terminar con una guerra es una buena noticia, pero no a cambio de premiar al agresor, ya que es una invitación para que siga haciéndolo. La dureza con la que Trump ha amenazado a las democracias europeas merece una clara respuesta, que debe pasar por dar un impulso definitivo a una mayor cohesión y autonomía estratégica. Jean Monnet apoyo durante toda su vida la integración europea, su visión fue el inició junto a Schuman de la actual Unión Europea. La Europa de Monnet se fundamenta en una base económica solidaria, imprescindible para alcanzar la posterior unión política con la agrupación en una federación de los Estados de Europa. La UE fue construida sobre la paz y olvidó la guerra. Pero para mantener la paz, en un mundo como el actual, hay que estar muy preparado para la guerra. El nuevo orden mundial exige la presencia de una Unión Europea refundada con sistemas de poder sólidos, con élites activas y preparadas, no con un ejército gris de políticos y burócratas que solo desean tener un buen sueldo y una jubilación de oro. Un mito maravilloso que no funciona.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado el 20-02-2025.


martes, 11 de febrero de 2025

LA TRAICIÓN

La traición es un concepto que ha tenido un papel significativo en la historia de la humanidad, desde la literatura clásica hasta los eventos políticos modernos. Es un acto que despierta emociones intensas y tiene consecuencias profundas. En la literatura antigua y medieval, la traición suele estar ligada a la lealtad y el honor. Judas Iscariote es el traidor por excelencia al entregar a Jesús por treinta monedas de plata. Paris, en la Ilíada, traiciona la hospitalidad de Menelao al fugarse con Helena. En la Divina Comedia Dante Alighieri, el poeta florentino, reserva el último círculo, el noveno, para los traidores, considerándolo el pecado más vil. En Hamlet, Claudio asesina a su hermano, rey de Dinamarca para ocupar el trono. La literatura ha sido copiosa en su narrativa sobre la traición, mostrando la traición amorosa, en Madame Bovary, la traición familiar en Hamlet. O, la traición ideológica, cuando una persona, grupo o institución abandona, contradice o actúa en contra de los principios, valores o ideales que previamente defendía.

La traición ideológica puede manifestarse en diversos ámbitos, como la política, la filosofía, la religión o en la vida cotidiana. En la política, cuando un líder que llega al poder con una ideología progresista y luego adopta políticas alejadas de esos ideales adoptando prácticas antidemocráticas para mantenerse en el poder. En la filosofía, cuando vemos aquellas personas que defiende la justicia social, pero se aprovecha de los demás para beneficio propio. En la religión, cuando un clérigo que predica ciertos valores personales y que actúa en contra de ellos en su vida privada. Todas estas situaciones de traición ideológica pueden tener diversas causas posibles, pero desde una perspectiva ética, es vista como un acto de hipocresía. La traición en nuestra vida cotidiana es causa de inestabilidad, fractura social y violencia, demostrando que este comportamiento puede trastornar todo: lo político, lo táctico, lo estratégico y hasta los sentimientos personales.

La traición en la política ha sido una constante a lo largo de la historia, manifestándose de diversas formas y dejando una huella imborrable en el devenir de las naciones. Desde, las intrigas de la Antigua Roma donde figuras como Bruto y Casio conspiraron contra Julio César, hasta el escándalo de Watergate, donde Richard Nixon traicionó la confianza pública y tuvo que renunciar a la presidencia de los EEUU, son muchos los casos donde la traición sigue siendo una herramienta poderosa y peligrosa como arma política para alcanzar y consolidar el poder. A menudo, a costa del bienestar común y la estabilidad de las instituciones. Denis Jeambar e Yves Roucaute en su libro “Elogio de la Traición”, sostienen que la traición es un acto fundacional de la política, que ocurre cuando se cambia de partido o ideología, o cuando se miente o se hacen promesas falsas para conseguir una victoria electoral. Para el traidor el fin siempre justifica los medios.

La traición no solo afecta a los involucrados directamente, sino que también tiene repercusiones en la sociedad en su conjunto. Destruye la confianza en los líderes y en las instituciones, genera desconfianza y polarización, y puede llevar a crisis profundas que requieren décadas para ser resueltas. El veterano comunicador Federico Jiménez Losantos considera a Pedro Sánchez como el mayor traidor que ha tenido España. Para él, es una continuación del golpe perpetrado en Cataluña en el 2017 por su forma de gobernar asaltando a las instituciones para lograr un cambio de régimen. Lo ve, cuando va a por el CGPJ, el Tribunal Constitucional, el de Cuentas y demás, y usa la pandemia para gobernar en un régimen de excepción ilegal. Es un tipo de golpe bolivariano.

Lo sucedido en la Embajada española en Venezuela, es una clara muestra de traición a los principios y valores democráticos por la forma en que el gobierno español actuó ante la trama orquestada por Maduro y Zapatero en nuestra Embajada, con la finalidad de que Edmundo González, presidente electo con un 70% de votos escrutados, saliese del país. Una clara cooperación con el dictador Maduro para consolidar su sistema totalitario. Zapatero, una figura denostada por millones de venezolanos que al grito de “traidor” “alimaña y vergüenza para España” lo consideran un aniquilador de democracias por su participación en la Embajada y por ser una pieza más en un proceso de apertura a todo Iberoamérica de un proceso antidemocrático y antioccidental. Un experto que ahora aconseja al presidente del Gobierno español. La traición política es el único acto de los hombres que no se justifica (Maquiavelo).

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado el 11-02-2025.