Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





miércoles, 23 de febrero de 2022

EDUCAR EN LA VERDAD

 

Cuando Jesús estaba ante Pilatos, fue discutido el asunto de la verdad... Jesús declaró dar testimonio de la verdad (Juan 18:37). Pilatos hizo la pregunta eterna: “¿Qué es la verdad?”. Y se mostró indiferente ante la verdad, era incapaz de discernirla, a pesar de que tenía frente a él a la Verdad encarnada. Verdad y mentira son conceptos entrelazados, de modo que la verdad se destaca de la mentira como su contrapunto. En el proyecto de Dios la comunicación humana es una forma esencial para vivir la unión o contacto entre personas o cosas. El Papa Francisco en su mensaje para la 52 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, indica: “la comunicación humana es una modalidad esencial para vivir la comunión. El ser humano, imagen y semejanza del Creador, es capaz de expresar y compartir la verdad, el bien, la belleza. Es capaz de contar su propia experiencia y describir el mundo, y de construir así la memoria y la comprensión de los acontecimientos”.

La comunicación es la acción consciente de intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o recibir información u opiniones distintas. Cuando ese intercambio de información está alterado o manipulado, el receptor del informe deja de ser consciente de sus decisiones finales. Por ello, es importante que los medios de comunicación social sean veraces en sus noticias y no las manipulen o interpreten. Dado que el poder siempre tiene la capacidad (y el deseo) de imponer su interpretación, el nuevo sistema de comunicación social y política resulta ser además el instrumento magnífico de ese poder. Michel Foucault, filósofo francés fallecido en 1984, decía que el poder impone sus criterios a través de las Comunicaciones Sociales que moldean, forman y conforman la conciencia de una sociedad.

La sombra alargada de la mentira contamina el conocimiento y la conciencia al hacernos dudar de todo, incapacitándonos de discernir la verdad de la mentira. Es la razón, entre otras, por las que, en la 52 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, con el lema “La verdad os hará libres”, el Papa reclama un periodismo que sirva de antídoto contra las noticias falsas y contra el mal uso de la facultad de comunicar y propuso este antídoto: “periodistas educados en la verdad”. El Pontífice aseguró que la educación es la mejor manera de reconocer las noticias falsas: “Educar en la verdad significa educar para saber discernir, valorar y ponderar los deseos y las inclinaciones que se mueven dentro de nosotros, para no encontrarnos privados del bien cayendo en cada tentación”. Cuando se nos educa en la verdad, los manipuladores y los intrigantes se encuentran con la irreductible fuerza de la libertad humana que odia ser manejada.

 José Antonio Puig Camps. (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Presidente Grupo de Estudios de Actualidad Valencia (AGEA)

Publicado 23-02-2022

 

miércoles, 9 de febrero de 2022

CIUDADANÍA CON PENSAMIENTO CRÍTICO

 

Los flujos migratorios producidos en los últimos años han configurado un nuevo modelo de sociedad integrado por personas de procedencias distintas y en el que tienen cabida diversidad de religiones, creencias, culturas y razas. Nuestro modelo de sociedad intercultural requiere de la creación de una ciudadanía activa, responsable y crítica a través de la educación no formal desde las instituciones públicas y privadas; una ciudadanía que se sitúe en el espacio público desde posicionamientos críticos en claves de equidad, solidaridad y paridad de género. Una ciudadanía con una nueva filosofía de vida que permita alcanzar la autorrealización, la paz y la justicia.

Tal ciudadanía se funda en la consciencia y el autoconocimiento. Un estado que nos permite ser conscientes de nuestra propia existencia, de las del resto del mundo y de las cosas que pasan. Es tener un pensamiento crítico que nos permitirá identificar amenazas potenciales de nuestra conducta, a actuar racional y lógicamente, a satisfacer nuestras inquietudes y a poner a prueba nuestras habilidades cognitivas y disposiciones. En definitiva, formar nuestra opinión antes de tomar determinadas decisiones. El primer paso para desarrollar una opinión es verificar que todo aquello en lo que te basas sea correcto y donde la opinión pública, o incluso de otras personas, no influya en tus creencias o pensamientos. Para ello es necesario estar alerta, tener curiosidad, tener agudeza mental, desarrollar la razón, cuestionar, analizar, pensar…Es el pensamiento crítico.

Tener espíritu crítico no significa ser una persona negativa que se opone a todo o siempre está mirando los defectos de todo, es la capacidad del ser humano de formarse un criterio propio que le permita tomar sus propias decisiones en las distintas situaciones que se le presentan. Frente a la ciudadanía con un pensamiento crítico, se encuentra aquella otra crédula,  ignorante, confundida, desinformada e irreflexiva que, cierran la mente a la posibilidad de recibir información nueva y pertinente. Son negacionistas, incapaces de admitir que la otra parte pueda llegar a tener algún mérito o razón, toman una decisión basada en una percepción y no en la realidad de los hechos. Es el pensamiento pobre o pensamiento no crítico. Personas que prefieren aceptar la información refrita siempre y cuando no las obligue a pensar, a decidir, a participar o a dar su opinión. Son la base acrítica de la sociedad, la masa propicia a la manipulación y al engaño que el sistema busca adormecer, anestesiar las conciencias de los ciudadanos para así ejercer el poder según sus intereses y conveniencias.
 
José Antonio Puig Camps. (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Presidente Grupo de Estudios de Actualidad Valencia (AGEA)

Publicado 09-02-2022

sábado, 22 de enero de 2022

UN PODER SIN AUTORIDAD

La dignidad es una cualidad intrínseca en todo ser humano; no depende de raza, color o posición económica, sin embargo está estrechamente vinculada con las formas en que las personas actúan, piensan y sienten normalmente a diario. Indica el respeto y la estima que todos los seres humanos merecen y se afirma de quien posee un nivel de calidad humana irreprochable. Es un bien valioso que la persona va acumulando a lo largo de su vida, a través de sus actos, valores y virtudes, que marcaran su integridad y mostraran el desempeño correcto en sus cargos de autoridad ejercidos a lo largo de su vida. La autoridad, la integridad y la dignidad son cualidades interdependientes que se aplicaran tanto en la vida pública como en la privada. Unas cualidades necesarias en cualquier forma de gobierno.
 
Sin integridad no hay credibilidad. Solo el que la mantiene se hace digno de autoridad, facultad o potestad que se tiene para gobernar o ejercer el mando. Un mando que motiva a las personas a que le sigan, no por el cargo que ostenta, sino por su conducta intachable. Por desgracia, vemos que hay muchos que solo ejercen el poder pero sin autoridad, y peor aún sin dignidad, lo cual los hace peligrosos ya que para conseguir sus objetivos egoístas emplean la fuerza, la mentira o la violencia. Estos son los que se les llena la boca diciendo que van a iniciar la verdadera transformación social, un nuevo tiempo, pero lo único que buscan es fortalecerse en el poder y lo que éste les puede proporcionar.
 
Cuando se observa que un Gobierno, como el español, ha convertido la Educación en un arma de adoctrinamiento sin comparación en nuestro entorno democrático. Cuando se advierte el carácter autoritario de este Ejecutivo al obligar por decreto el cierre del parlamento y el arresto domiciliario de la población en sus dos estados de alarma inconstitucionales según sentencia del Tribunal Constitucional. Cuando se constata un atosigante control y veto a medios de comunicación concretos, evidenciando que este Gobierno no quiere una prensa libre, sino adeptos militantes de su causa. Cuando un Gobierno consiente que su idioma oficial sea tratado como un motivo de marginación de ciudadanos y de enfrentamiento institucional. Podemos concluir, por desgracia, que el poder ejecutivo de un Estado ha perdido la autoestima y ha mutado a autoritario, desleal e irrespetuoso con el pueblo que gobierna. Un Gobierno con poder pero sin autoridad. Es entonces cuando se constata que lo que más destruye a una Nación no es la falta de leyes sino los prejuicios, egoísmos y soberbia de aquellos que teniendo el poder se ungen de autoridad y pervierten con sus actos el derecho y la justicia.

 

José Antonio Puig Camps. (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Presidente Grupo de Estudios de Actualidad Valencia (AGEA)

Publicado 22-01-2022