Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





lunes, 30 de octubre de 2017

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: LIBERTAD O ESCLAVITUD



Poco o nada podía imaginar la condesa de Lovelace (Augusta Ada King) que sus cálculos matemáticos sobre la máquina de Babbage iban a transformar la sociedad del futuro. La conocida matemática Ada Lovelace, hija de Lord Byron, construye el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, considerándola como la primera programadora de ordenadores. Desde aquel septiembre de1843, en que se publicaron las “Notas de Ada” en la revista Scientific Memoirs, hasta nuestros días, sus notas y capacidades deductivas fueron la admiración de muchos de sus colegas. Esa magia que nos envuelve al darle a una tecla y aparecer en nuestra pantalla un nuevo mundo de información lo debemos, en especial, a esta mujer que precedió a muchos de los nombres que conocemos como Alan Turing o Bill Gates, y a otros muchos que irán enganchándose en este nuevo mundo de las tecnologías. Cuando observamos los grandes inventos de la humanidad podemos constatar los saltos en el tiempo de cada uno de ellos y su influencia. Unos saltos proporcionales a las capacidades que los anteriores inventos generaron en la humanidad. Así, si de la rueda a la imprenta se tuvo que esperar unos 4500 años, de esta última a los grandes avances como el teléfono, la televisión o el automóvil, solo unos 400 años. En el siglo XX apareció el Internet y a partir de entonces la evolución de las nuevas tecnologías informáticas aparece casi golpeándose.  
Aquellos comienzos tecnológicos han transformado la forma en que actualmente vivimos. Unos avances tecnológicos que, sin lugar a duda, rigen la ideología y la conducta humana. Es así como se originan modelos sociales que marcan la tendencia sobre nuevos supuestos valores. Es así como la brecha digital va en aumento poniendo de manifiesto la carencia de infraestructuras de telecomunicaciones en los países en vías de desarrollo. Una brecha tecnológica que ahonda aún más las diferencias sociales existentes entre los que tienen acceso a la información y al conocimiento y los que no; entre la capacidad del ser humano para tomar decisiones y los que se tienen que conformar con lo que se les presenta. La juventud del siglo XXI no va a tener parangón con la de finales del siglo XX. El salto cualitativo y cuantitativo de las tecnologías de la comunicación: producción, almacenamiento, señales acústicas, ópticas, electromagnéticas, etc., obliga a reflexionar sobre que herencia tecnológica estamos dejando a nuestros hijos, a nuestra juventud.
La adolescencia mantiene una estrecha relación con las tecnologías de la información y la comunicación debido a que se han convertido en una poderosa herramienta facilitadora de sus quehaceres diarios. Una herramienta que, sin grandes esfuerzos, potencia el desarrollo de  habilidades y les da nuevas formas de construcción del conocimiento. Las tecnologías de comunicación como el ordenador, internet o el teléfono móvil, han propiciado acelerados e innovadores cambios en nuestra sociedad debido a su carácter de interactividad. Ahora podemos afirmar que en el ámbito de la comunicación las barreras de tiempo y distancia no existen.
Una revisión de los tiempos dedicados al uso de internet muestra que los jóvenes dedican más tiempo a estar conectados, que cualquier empleado normal de una empresa cuyo trabajo se basa en estar comunicado a la red. Se observa que ese enganche del adolescente a las comunicaciones de internet se fundamenta en revisar correo, chatear o utilizar mensajería instantánea, dejando en último lugar las actividades relacionadas con su formación. Una cuestión sumamente alarmante ya que se dedica la mayoría de su tiempo a actividades recreativas o de ocio y no a las educativas. Sin duda alguna, la ciencia y la tecnología han tenido un impacto en la sociedad en general, y en la juventud en particular, marcando preferencias, modas y sucesos trascendentales en diferentes partes del mundo.
Dicho impacto ha afectado en forma positiva y negativa en los acontecimientos sociales en el desarrollo y evolución de toda la juventud. La incapacidad para desconectar, a su conexión internet, ya no sólo afecta a altos ejecutivos estresados, sino que es una maldición del mundo moderno que también influye en niños, adolescentes y adultos. Esta influencia es tal que está afectando a la capacidad cognitiva de los jóvenes en sus tres competencias importantes: la capacidad de interpretar, argumentar y proponer. Ya no hacen ningún esfuerzo, todo se encuentra en la red, evitando así que el joven ponga en práctica estas tres competencias. Los jóvenes usan el internet como un medio primordial en sus vidas, perdiendo de manera alarmante su privacidad y jugándose de manera preocupante su integridad física. La información personal es la gran materia prima del siglo XXI y el objeto de deseo de los propietarios de las redes sociales. En el futuro, la privacidad será el auténtico lujo y cada vez habrá más gente harta de la confusión entre amigos y conocidos. ¿Somos ahora más libres, como nos prometieron cuando la portabilidad de la telefonía entró en nuestras vidas, o estamos más esclavizados a su uso, es decir, somos más dependientes que antes? Ya hay quien dice que los teléfonos cada vez son más inteligentes mientras que nosotros, como sociedad, nos convertimos en más tontos.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog: http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 30-10-2017

miércoles, 18 de octubre de 2017

EL ESCRITOR DE LA BONDAD DE CRISTO



Hoy, dieciocho de octubre, celebramos la fiesta de San Lucas, compañero carísimo del apóstol san Pablo, que en su libro del Evangelio expuso por orden, cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma. Su Evangelio es el tercero más extenso de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento bíblico. Su finalidad pastoral, es la profundización de la fe, mostrando a Cristo como el Salvador de los hombres, resaltando su espíritu de misericordia. Es San Lucas el que mejor relata y presenta a Jesús, propio de un cultivado escritor griego.
Con Lucas vemos la historia de Jesús desde la óptica de un gentil que consideraba que las biografías de los grandes hombres debían ser un ejemplo para que otros imitaran. Nos narra una serie de encuentros y anécdotas que no aparecen en ninguno de los otros libros del Nuevo Testamento. Por ejemplo, cuando Lucas redacta el diálogo en que Jesús articula los dos mandamientos que resumen la integridad de la ley mosaica (amar a Dios y al prójimo), al interlocutor de Jesús –un abogado- que le formula una pregunta: ¿y quién es mi prójimo? La respuesta dada será la parábola del buen samaritano (una de las parábolas de Jesús más conocidas, relatada en el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos 29-37) perfectamente consistente con el aspecto más sustancial de las enseñanzas de Jesús: “…estamos obligados a mostrar piedad para quienquiera que cruce nuestro camino, especialmente quién está en dificultades”.
Para Lucas, Jesús se ha convertido en la realidad fundamental frente a lo que todo acto ha de ser medido. No es casualidad que la historia de Marta y María aparezca a continuación de la parábola del buen samaritano cuyos actos emulan a Cristo. Sólo si colocamos a Cristo antes de cualquier otra consideración práctica –sólo si le abrimos un espacio en nuestro corazón (antes de recoger la mesa)- seremos capaces de comportarnos como lo hace el samaritano. Abrirle un espacio a Jesús significa orar. De manera que, tan pronto termina la historia de Marta y María, Jesús les enseña a sus discípulos a orar. Lucas concibe la vida cristiana como la alternancia de dos actividades: orar y ser bondadosos.
La oración es tan importante en el Evangelio de Lucas que solo él nos muestra a Jesús, mientras es crucificado, orando así: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Al igual que el padre del hijo pródigo y así como Jesús perdona a los verdugos que clavan los clavos a través de sus pies y manos, así Dios no espera hasta que nos arrepintamos; nos ama de todos modos. En palabras de Dante, Lucas es “el escritor de la bondad de Cristo”; su retrato de Jesús es el que más efecto ha tenido en Occidente; el Cristo de Lucas es, de hecho, el que se grabó de manera imborrable en la imaginación del mundo. Del “Jesu dulcis” -el dulce Jesús- de Bernardo de Claraval, hasta el “buen pastor Jesús” de los cantos populares; de los piadosos motetes de Bach al solemne rostro campesino que tanta veces esbozaba Rembrandt, ese rostro que Lucas, con reverente devoción, fue capaz de mostrarnos. Un rostro amable lleno de amor, un Jesús que casi parece observar nuestra insensatez y locura con cariñoso brillo en los ojos. Un rostro que millones de hombres y mujeres agonizantes han esperado ver al final de su trance, así como han esperado escuchar las palabras que solo registrara este bienamado médico de almas: “en verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero y Sociólogo). Presidente de AGEA Valencia
Twitter: @japuigcamps
Ideas tomadas de “El deseo de las colinas eternas” de Thomas Cahill
Publicado en blog 18-10-2017

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA SOBERBIA DE LA DIVISIÓN



Hay que leer el libro “La vida oculta de Bergoglio” para darnos cuenta de la fortaleza del Papa Francisco ante situaciones vividas en su país de origen que tienen, en algunas situaciones de tensión, similitudes con el nuestro. Muchas han sido sus intervenciones en diferentes foros donde hizo reiteradas llamadas a la pacificación y a la participación de todos los sectores sociales ante las situaciones de crisis vividas. Una fuerza, la de Jorge Bergoglio, que ante situaciones de crisis como la que estamos viviendo en estos momentos en España es digna de emular.
El silencio, ante circunstancias de atropello o agravio por abuso de poder de una minoría hacia una mayoría, hace que el mudo sea tan culpable o más que el vocero. Nadie, repito nadie está por encima de la ley, y cuando alguien se salta las normas o preceptos de obligado cumplimiento establecidas para regular, obligar o prohibir una cosa, y pretende que no se le castigue por ello o es un tonto, o se cree un iluminado, o lo que es peor hace tontos al resto de la ciudadanía.
La decisión de seguir siendo un país –España- compete siempre a cada uno de sus habitantes, de los contrario la solución nunca llegara. La experiencia dolorosa vivida en nuestra querida España, tras la guerra civil, y años de dictadura y represión, que debieron ser ya olvidados desde la aprobación por la Cortes y ratificación del pueblo español de la Constitución Española en 1978, parece haber sido olvidado cuarenta años después. Una constitución que ponía de manifiesto la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás como fundamento del orden político y de la paz social. La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, Patria común e indivisible de todos los españoles.
Mucho se está hablando estos días de la necesidad de dialogo. En todo dialogo se debe aceptar aprender, cambiar y crecer, no para poder cambiar al otro a la fuerza, sino para que todos los participantes aborden el dialogo con una actitud de completa honestidad y sinceridad. Todo dialogo obliga a iniciar un camino nuevo. Todo dialogo debe pretender la adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros, a un fin común. Siempre la solidaridad marca una huella transitable en medio del pantano. Un pantano donde la mentira, el escamoteo, la trampa y la ocultación son males que destruyen la comunidad.
No podemos dialogar en base a mantener posturas irracionales y fuera de la ley. No se puede dialogar para consensuar valores, los valores simplemente son, pues el juego acomodaticio de consensuar valores corre el riesgo de nivelar hacia abajo y entonces ya no se construye desde lo sólido sino que se entra en la violencia de la degradación. No se puede dialogar sobre la destrucción de España. Todo dialogo debe tener en cuenta al ciudadano espectador y no solo al ciudadano actor. Éste último ha estado tomando la iniciativa demasiado tiempo, a base de escrachar a cualquier otro que no pensara lo que él piensa ni hiciera lo que él hace.
Es también cierto que unidad no significa uniformidad, pero no debemos retornar a la soberbia de la división centenaria de izquierdas y derechas o de buenos y malos. Ni tampoco a la soberbia del internismo faccioso, gran deporte nacional, en el cual en vez de enriquecernos con la confrontación de las diferencias, consiste en destruir implacablemente hasta lo mejor de las propuestas y logros de los oponentes. No sigamos revolcándonos en el triste espectáculo de los que ya no saben cómo mentir, de los que ya no saben cómo salir de sus constantes contradicciones para mantener sus privilegios, su rapacidad y sus cuotas de ganancias mal obtenidas. No perdamos la oportunidad histórica de dar cabida a propuestas que dignifiquen y hagan crecer más nuestra capacidad como nación y, por el contrario, nos encerremos en inapelables o inamovibles propuestas que nos lleven a todos a un callejón sin salida.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog: http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 28-09-2017