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MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





martes, 24 de noviembre de 2015

PERDIDA DE LA IDENTIDAD CRISTIANA



El padre Samir Khalil es árabe, jesuita y profesor de Historia de la cultura árabe y de islamología en Beirut y en Roma, es hoy en día uno de los mayores especialistas en relaciones entre cristianismo e islam. Propone soluciones para llegar el entendimiento entre musulmanes y europeos pero considera que el islam busca el poder político. En una entrevista publicada en “Religión en Libertad” advierte de que Europa es estúpida si no sabe que el Islam utiliza su tolerancia para islamizar.
Al preguntarle cómo se islamiza una sociedad no islámica, responde: “Cuando van adquiriendo fuerza social, los musulmanes exigen que las leyes les reconozcan como minoría distinta, y cuando de una minoría de un cinco o diez por ciento llegan a tener ya la presencia de un treinta por ciento, como el caso de Malasia o de Mindanao en Filipinas, exigen la islamización de la sociedad. Y cuando el islam ha ido adquiriendo zonas de poder e influencia, nunca retrocede”.
La religión islámica está pensada magníficamente como control social y político. Es un conjunto heterogéneo de movimientos políticos cuya ideología y programa político consiste esencialmente en la adaptación de la vida política a los mandatos religiosos del islam, siendo en esto intransigentes. Esta es la razón de que los musulmanes islamistas no se hayan integrado en ningún país de acogida, más aún, su pretensión es la de hacer que esos países se islamice.
Los terroristas de la masacre de París, eran franceses y producto de la integración a la francesa. Estaban integrados en la nada, integrados en la negación de cualquier impulso espiritual, y es por eso por lo que acabaron sometiéndose a un islamismo que no era solo una reacción a este vacío sino también una continuidad con ese vacío, a través de su logística de desarraigo planetario, de pérdida de la transmisión familiar y sin razones para vivir. Se transformaron en  instrumentos conectados a un dispositivo sin alma y sin trascendencia. Así lo indica Antoine Leiris, esposo de una víctima de París, en su carta abierta a los verdugos de su esposa: “No os regalaré ni mi odio ni el de mi hijo sois almas muertas”.
Con la única excepción de España, históricamente el islam nunca ha retrocedido en aquellos lugares en los que se ha ido asentando. España es el único caso en el que un pueblo cristiano recuperó lo que los musulmanes le habían arrebatado. España, dice el padre Khalil, representa la reacción católica de un pueblo, consciente de su identidad, que pone los medios aptos para recuperarla. Ahí radica la clave para el triunfo contra el islamismo: en recuperar la identidad cristiana.
Europa no sabe tutelar su propia identidad, no sabe defenderse.  El cardenal Ratzinger y, un político no creyente, Marcello Pera comparten una idea clave: la cultura cristiana, propia de los creyentes pero también de los no creyentes, es la clave para que Europa pueda dialogar sabiendo a qué se refiere cuando usa la palabra “yo”. El político M. Pera daba su solución, ante ese malestar espiritual y crisis de identidad existente surgido ya antes de la guerra y del terrorismo: proponer una religión civil cristiana en la que todos podamos reconocernos en valores comunes.
Observamos como nuestros políticos mantienen, estos días de holocausto, reuniones frenéticas para mostrar al mundo que están reaccionando ante tanta barbarie. Sin embargo, muchos de nosotros, nos preguntamos si además mantienen en su agenda la recuperación de esa identidad perdida. Nos preguntamos si Europa es todavía capaz de ser portadora de una trascendencia que dé un sentido a nuestros actos, ya que es el asunto más espiritual de todos.
Y es que nuestra debilidad espiritual repercute sobre la demografía; nos guste o no la fecundidad biológica siempre es un signo de esperanza vivida. Hoy tenemos miedo de tener hijos, preferimos tener antes una mascota, y eso es un error, el mismo que el amilanarse ante la situación de miedo imperante en Europa. Sin embargo, la procreación es el yihad de las mujeres islámicas. Ben Laden, haciéndose eco del discurso de Huari Bumedian, en la asamblea de la ONU 1974, sentenció: Conquistaremos Europa con el vientre de nuestras mujeres”.
El tiempo de confort se ha terminado, es el tiempo de preguntarnos, parafraseando a J. F. Kennedy, que estamos dispuestos a hacer por España y por Europa. Europa no puede vivir demasiado tiempo sin Dios ni madres. Es la hora de mirar con ilusión y valentía al cielo, y darnos cuenta de que Dios no aplasta lo humano sino que lo asume en su libertad y en su debilidad.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose

sábado, 14 de noviembre de 2015

LA ISLAMIZACIÓN DE EUROPA



El terrorismo yihadista volvió a golpear salvajemente a París (noche del 13) en la que se puede considerar una nueva fecha negra de la historia reciente de Europa. Como siempre ocurre en estas situaciones de extremo dolor y máxima emergencia política y policial, todos los discursos suenan huecos y retóricos. Sin embargo, nunca serán pocas las condenas que se realicen ante tan cobarde acción.
En España nos miramos en el ombligo del independentismo catalán sin ser conscientes de la verdadera situación de terror que se está perpetrando en la Europa democrática. Situaciones como la catalana rebajan, si no anulan, el musculo político que debe tenerse ante posibles atentados y masacres, como el sufrido el 11 de marzo de 2004 en Madrid que, por cierto, aún no ha quedado claro los motivos reales de su autoría. Ese bajar la guardia nos hace centros del oportunismo terrorista.
Las oportunidades políticas que los países, en momentos de crisis institucional ofrecen a los insurgentes, es de tal calibre que de esos polvos surgen los actuales lodos terroristas. Teóricos como Eisinger, McAdam, Tilly y Tarrow, ya han ofrecido sus teorías de Estructura de Oportunidad Política (EOP) que parte del planteamiento central (apropiado en estos momentos de debilidades políticas e insensatez ciudadana), de que el tiempo-oportunidad y el destino de los movimientos es ampliamente dependiente de las oportunidades de los grupos insurgentes para cambiar la estructura institucional y la disposición ideológica del poder hacia ellos.
La elevación de las migraciones irregulares pone el listón de la seguridad global en lugar inalcanzable en países con democracias constituidas de pleno derecho. Esa situación obliga, a esos países, a dejar de discutir si son galgos o podencos y uniformar el estatuto prioritario de seguridad nacional, hoy en día global, que está en estrecha relación con el terrorismo y la criminalidad organizada.
La contemplación de los fenómenos migratorios como ámbitos propicios para el desarrollo de expresiones subversivas, criminales o terroristas contribuye a institucionalizarlos como espacios prioritarios de control, y condiciona la orientación de las políticas en la materia. Esta perspectiva halla su oportunidad política, para esa institucionalización, en los hechos de terrorismo padecidos en los inicios del s. XXI y que, trasladados a Europa, siguen manteniendo en jaque, y espero no en mate,  a todos sus ciudadanos. 
Si los propósitos de la democracia son: mejorar la calidad de vida y la dignidad del individuo, discernir y hacer cumplir los deseos de la comunidad, limitar el poder, y reducir los antagonismos sociales; el identificar a los migrantes como responsables de la buena parte del desorden e inseguridad presentes, es decir, como sujetos sociales incardinables en narrativas de riesgo, se estará rompiendo uno de los propósitos democráticos: reducir los antagonismos sociales. Antes que poner, en la diana del imaginario colectivo como culpables de cualquier problema o malestar social a los refugiados e inmigrantes, se deben establecer normas y leyes de obligado cumplimiento a nivel global que pongan remedio a las causas del efecto migratorio.
Los expertos antiterroristas saben muy bien dónde se encuentran los apoyos militares, políticos y financieros de los terroristas y Europa va a tener que sopesar muy seriamente cómo mejorar y aumentar el combate contra el yihadismo. No se puede dejar de actuar sobre países que impunemente facilitan la acción migratoria para dirimir sus intereses políticos. Las olas de refugiados hacia países europeos y no a los países musulmanes, son muestra de una invasión enmascarada y premeditada de estos últimos países, con la única pretensión de cambiar el sistema político, social, religioso y cultural del país receptor, sin importarles las consecuencias, a veces inhumanas, que se están cometiendo con sus compatriotas.
La islamización de Europa y otros territorios, son objetivos que se han fijado los islamistas radicales. Dentro del respeto a los derechos humanos, se deben usar todos los medios y toda la contundencia para perseguir y eliminar a las células terroristas que pretenden convertir a Europa en un cementerio.


José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
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miércoles, 28 de octubre de 2015

EL ENVEJECIMIENTO: No existe una persona mayor típica



¡Qué manía tienen algunos partidos políticos para considerar la juventud como un atributo destacable en su actuación de gobierno!
Estos partidos deberían leerse el Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud 2015. Si lo hicieran, cosa que dudo pues muchos de estos jóvenes hablan mucho y leen poco, se darían cuenta que, tales atributos: juventud, deben ponerse en cuarenta al enfrentarlos con la realidad actual sobre lo que las personas mayores son capaces de hacer.
Uno de los retos que los llamados nuevos partidos, pero con políticas antiguas, deben conocer para descalificar inmisericordemente a lo viejo, es que muchas percepciones y supuestos comunes sobre las personas mayores se basan en estereotipos anticuados. Esto limita la forma en la que conceptualizamos los problemas, las preguntas que hacemos y nuestra capacidad para aprovechar oportunidades innovadoras. La experiencia indica –según la OMS-, que se necesitan nuevas perspectivas.
Las poblaciones mayores se caracterizan por una gran diversidad. Por ejemplo, algunas personas de 80 años tienen niveles de capacidad física y mental comparables a los de muchos jóvenes de 20 años. Además, sigue instruyéndonos la OMS, es preciso tener en cuenta que otras personas, en cambio, presentan una disminución considerable de sus capacidades a edades mucho menores.
La edad avanzada no implica dependencia. Las suposiciones acerca de la dependencia debido a la edad ignoran las numerosas contribuciones que las personas mayores hacen a la economía. Por ejemplo, una investigación en el Reino Unido, en 2011, calculó que, después de compensar los costos de pensiones, bienestar social y salud con las contribuciones realizadas a través de impuestos, gastos de consumo y otras actividades de valor económico, los adultos mayores hacían un aporte neto a la sociedad de casi 40.000 millones de libras, una cifra que será de 77.000 millones de libras en 2030.
Se habla mucho de discriminación social sin poner el acento en que, actualmente, podría haber más discriminación por razones de edad que por sexo o la raza. La discriminación contra las personas de edad avanzada no solo les afecta a ellas, sino que también ocasiona graves consecuencias para la sociedad en general.
Las distintas manifestaciones de esta discriminación, ya sean prejuicios, actitudes, prácticas o políticas, perpetúan estas creencias desvalorizantes y pueden dificultar la adopción de políticas más racionales y menoscabar la calidad de la atención sanitaria y social que se presta a las personas mayores.
En la edad avanzada, la salud no debe definirse solamente como la ausencia de enfermedad. Todos los adultos mayores pueden gozar de buena salud y continuar realizando todas las actividades que les interesan. A menudo, el gasto social y sanitario dedicado a los ancianos se considera un costo para la sociedad cuando, en realidad, debe entenderse como una inversión que permite ofrecerles la oportunidad de seguir realizando numerosas contribuciones positivas.
La OMS indica que datos empíricos demuestran que la pérdida de capacidad generalmente asociada con el envejecimiento solo se relaciona vagamente con la edad cronológica de una persona. No existe una persona mayor “típica”. Una vida más larga es un recurso extremadamente valioso. Otorga la oportunidad de repensar no solo cómo vivir la vejez, sino cómo podría desarrollarse toda nuestra vida.
Los partidos jóvenes, y sus dirigentes, pueden esgrimir que la salud de un anciano es un hándicap en su actividad que los enfrenta a la de los más jóvenes. Sin embargo, la OMS responde diciendo que la mala salud no tiene que ser una característica predominante de la edad avanzada. Cuando la persona mayor vive en buen estado de salud, esa nueva etapa de su vida, su capacidad para hacer lo que valoran será apenas diferente a la de una persona más joven.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
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Twitter: @JapuigJose