Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





martes, 11 de septiembre de 2012

Las emociones corrosivas



La edad permite, entre otras cosas, que tu vida vaya tomando forma a base de recordar vivencias pasadas que a medida que te pones años toman mayor realidad en nuestra mente por la objetividad que tu experiencia permite. Este verano, no se por qué, he recreado muchas estancias con mi padre y mi madre de mis primeros años de vida, años recordados con alegría, gratitud y también con pesar por no haber hecho muchas cosas que el tiempo me ha recordado que podía haber hecho.
Mis padres tenían un comercio por lo que cotidianamente trataban con muchas personas, tenían, como se dice en sociología, una gran interacción con los individuos, y yo participaba en muchas de las labores que en su negocio se llevaban a cabo. Recordaba ya entonces, y ahora me doy cuenta mucho mas, que las personas iban a la suya con un trato hacia los demás puramente circunstancial, el “yo” era predominante al “ellos” . Me di cuenta de que existía una paradoja en la naturaleza humana que, entonces, mi mente no estaba preparada para concebir: las personas eran capaces de convertir a los demás en objetos.
Ya en mi adolescencia y gracias a la lectura, medios de comunicación y películas de cine, me fui dando cuenta de la ironía de las ciencias humanas que describían a sus objetos de estudio como “sujetos”, por la sensibilidad del termino hacia los “sentimientos” de las personas sobre las que realizaban su estudio. Recordaba a mi padre decirme que la maldad se reflejaba en esa ironía y ponía como ejemplo las atrocidades por el vividas en la Guerra Civil española y las que le contaban de los nazis en la Europa prebélica. La expresión maldad fue formando parte de mi vocabulario para distinguir a unos “sujetos” de otros y al utilizarla resultaba coloquialmente entendida, sin necesidad de mas explicaciones. Todos nosotros al ver comportamientos desviados, según nuestra moral, decimos que “malo/a” era esa persona. Pero resultaba curioso, pensaba yo, que el mismo termino lo aplicaba a un niño que le pegaba a otro niño, que a un nazi cuando mataba y destrozaba a familias enteras. Ello me hizo pensar que cuando tomamos el termino maldad para analizarlo, este no supone ninguna explicación en si mismo, por ejemplo, para un científico esta forma de argumentar es completamente inadecuada.
El desafío que nos presenta esta reflexión es la de explicar, sin recurrir al fácil concepto del mal, como las personas son capaces de hacer daño extremo a otras. El profesor Simon Baron-Cohen, nos permite aclarar el termino “el mal” por el termino “erosión de la empatía” (empatía es, de manera resumida, ser capaz de ponerse y sentir la situación de los demás), indicando que este concepto puede aparecer debido a las “emociones corrosivas”. Las emociones corrosivas las estamos practicando a lo largo de nuestras vidas como: el resentimiento amargo, el deseo de venganza, un odio ciego, etc. En teoría estas emociones son transitorias, es lo que el profesor llama una “erosión de la empatía reversible”, pero también esta erosión puede ser el resultado de características psicológicas mas estables. El filósofo Martin Buber, ya en 1933 cuando Adolf Hitler llegó al poder, utilizó éste término (erosión de la empatía) para explicar que surge de aquellas personas que convierten a otras personas en objetos. De tal manera que cuando se trata a alguien como objeto la empatía se desconecta, esa desconexión puede ser pasajera pero también permanente, así que debemos estar muy alerta de nuestras emociones corrosivas, ya que podemos llegar a ser capaces de hacer daño extremo a otras, sin percibir que “los otros” no son simples sujetos a utilizar para nuestros fines sino seres humanos con sentimientos.
                                              Autor: José Antonio Puig Camps           Artículo publicado 11-09-2012

viernes, 27 de julio de 2012

El parloteo en los medios de comunicación


Cualquier consulta que hagamos sobre lo que se entiende por “noticia”, nos dirá que es el relato de un texto informativo, que se refiere a un hecho novedoso o no muy común. De sus muchas características, una de ellas es la de ser veraz, es decir, los hechos o sucesos deben ser verdaderos y, por lo tanto, verificables; también debe ser objetiva, clara, oportuna, etc. En los medios de comunicación masiva o mass media, la noticia es un género periodístico donde los grandes medios de comunicación, como por ejemplo, “Clarín” en Argentina o “Prisa” en España, están subordinados a poderosos grupos de empresarios, de tal manera que la noticia se da, no con objetividad, sino para la consecución de objeticos económicos, políticos o sociales y que, por lo tanto, trasciende la comunicación objetiva.
Por otra parte existen noticias que son dadas en medios de gran audiencia, como la TV, por personas que sin formación adecuada para la noticia que están dando, son capaces de decir cualquier cosa con tal de cubrir el tiempo de un espacio, que obviamente da beneficios a la emisora. Así, si uno pone la televisión en cualquiera de los muchos espacios tertulianos observará intervinientes que, al igual que otras veces ha hablado de la vida de los famosos o de cualquier otra futilidad, ahora son capaces de hacerlo de la prima de riesgo, de macroeconomía, del capital circulante o, por qué no, de la economía mundial, y encima dar consejos con la mayor desvergüenza. Cientos de voces se alzan en decenas de programas dando consejo de cómo hacer las cosas en la economía, en la política o en lo social de España, y uno se pregunta ¿Por qué tanto parloteo en los medios de comunicación? ¿a quien puede favorecer tal anarquía de opiniones sin criterio alguno?.  
Asistimos a un monólogo, es decir una forma de organizar la participación ciudadana donde existe un discurso dominante (y en la mayoría de los casos sin conocimiento alguno), una élite que lo controla y, en el mejor de los casos, una ciudadanía apática y sin capacidad para transmitir opiniones propias. Todo el mundo es capaz de meter la cuchara en ese cazo de la marcha de nuestro país o de cualquier otra cuestión por elevada intelectualmente que sea. Al igual que se discute de futbol, entrenadores, estrategias deportivas o arbitrajes, se discute también de religión, política, economía, sociología o lo que sea. Nada importa y todo vale, es el relativismo de la opinión pública donde cualquiera por inútil, zafio y equivocado que esté, por el mero hecho de salir en TV se transforma (¡nada por aquí, nada por allá!) en un ciudadano digno de ser escuchado y cuyo parloteo mantiene al “gran público televisivo” con la boca abierta.
Ahora todo el mundo habla, es un monólogo continuo donde las opiniones se multiplican anárquicamente y, donde, por supuesto, nadie parece capaz de canalizarlas para alcanzar algún resultado concreto. No existe diálogo ni conclusión; se habla por hablar, y lo único que se acaba percibiendo es un rumor de frases solapadas y no identificadas que imposibilitan la discusión. No importa que el parloteo de los medios, ponga a la gente nerviosa, desconfiada, apática y que la imagen que damos, al exterior de nuestro país, sea de una falta de seguridad, de conocimientos, de confianza, de seriedad, de orden. No importa que todo valga, no importa ya que un vicepresidente del gobierno anterior, ahora da consejos al actual, sin importarle que pensemos por qué no lo hizo antes. Todo vale en este zigzagueante camino, que de no impedirlo, nos conduzca a la perdida de todo lo conseguido, que fue y sigue siendo mucho.
Se dice que falta dialogo entre los políticos, pero ¿qué tipo de dialogo?. Para mi el diálogo representaría aquella forma de participación ciudadana estructurada a partir de espacios de conflicto específicos y de la presencia de actores informados e interesados en los temas objeto de debate. El diálogo, por tanto, focalizaría la atención de los participantes en un abanico limitado de asuntos, clarificaría la posición de los actores respecto a los mismos y, a través de escuchar y rebatir, permitiría alcanzar soluciones operativas. Es evidente que ahora tenemos un exceso de monólogo (por los interés creados de sindicatos y partidos) y de parloteo (de quien no tiene el poder y quiere alcanzarlo a costa de lo que sea), y un gran déficit de diálogo. Todo el mundo quiere aprovecharse de una situación en caída libre, pero son pocos los que están reaccionando con sentido común, con aplomo, con responsabilidad, con gallardía. Los medios de comunicación de masas deberían ser mas sensatos, mas “patrióticos” si se me permite la expresión y transmitir la noticia veraz, objetiva, y que permita a la audiencia ser capaz de valorar mas a los que saben y promueven el dialogo, que la de los que no saben y conducen al monologo y al parloteo. Siempre estamos a tiempo.
José Antonio Puig Camps 27-07-2012

jueves, 10 de mayo de 2012

La "Cultivation"

  

A los seres humanos del presente nos preocupa, en general, el estado del mundo. No en vano estamos conectados a toda clase de aparatos audiovisuales que nos informan constantemente sobre ello, enviándonos además perversos mensajes contradictorios. Junto a imágenes de destrucción y violencia que rozan, por su horror, lo indescriptible, recibimos, por otro lado, imágenes de satisfacción y placer absolutos, que inducen a creer que, para esos seres ¿afortunados? el paraíso está en la tierra. Dos situaciones diferentes “miedo” y “placer”, pero estímulos simultáneos de efecto contrario que generan en nosotros lo que los psicólogos eufemizan como una "disfunción grave" que alcanza un grado de patología tan agudo como es la esquizofrenia.
René Thom, matemático francés, planteaba a finales de 1950 su “teoría de las catástrofes” una cosa bastante compleja pero interesante al aplicarse al comportamiento competitivo del ser humano y otras aplicaciones sociológicas. Esta teoría de las catástrofes, la fundamentó argumentalmente Christopher Zeeman en una experiencia conocida como el “perro de Zeeman”. Cuyo experimento (basado en una observación del etólogo Konrad LORENZ) mostraba como observando la expresión facial de un perro, se reflejan o el enfado (enseñar los dientes) o el miedo (agachar las orejas). Si está enfadado, el perro atacará; si tiene miedo, huirá. Ambos impulsos son contrarios y se anulan entre sí. Un perro no puede huir y atacar a la vez. ¿Qué conducta será previsible cuando el perro esté sometido, simultánea y progresivamente, a los dos estímulos? El modelo de ZEEMAN muestra que la probabilidad de un comportamiento u otro -ataque o sumisión- es impredecible: de forma súbita, se producirá una "catástrofe" (o ruptura), bien hacia el ataque, bien hacia la huida.
Los medios de comunicación del mundo contemporáneo someten a los espectadores a un proceso semejante, sólo que mucho más complejo. Los seres humanos asisten, sin apenas resistirse, a un tratamiento simultáneo de violencia y miedo, organizado por medios de comunicación de extensión mundial, que se introducen en la vida íntima de los individuos y son capaces de alterar y condicionar sus mecanismos psicológicos básicos, interviniendo en sus decisiones, actuaciones y omisiones ¿Qué conducta será previsible en esos seres humanos sometidos a esos estímulos?.
Presenciamos en este inicio del siglo XXI, un aluvión informativo, prensa, radio, televisión, internet, redes sociales, charlas, conferencias, etc. que se prevé aún mayor y mas fácil de obtener, que somete al ser humano a un proceso conocido como “cultivation” o formación mental. Un agotamiento mental de información que le hace actuar mas como un zombi, esa figura legendaria propia de regiones que se practica el vudú, donde el ser humano actúa como privado de libertad, que como un ser capaz de elegir y tomar sus propias decisiones.
No somos capaces de digerir tanta información, Graham Wallas (Formación mental y crisis mundial), expone su teoría de la incubación creativa, según la cual es esencial el descanso y la pausa para que nuestra mente obtenga sus mejores resultados. La incubación, fase posterior a la de información, es vital para obtener resultados creativos.

Autor: José Antonio Puig Camps (mayo 2012)