Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





domingo, 23 de agosto de 2015

CUI PRODEST?



La crisis económica, mal gestionada, trae siempre una crisis social cuyo paso inmediato es la crisis política. Estados como Venezuela o Grecia son, por desgracia, ejemplos claros de estas situaciones. En España la crisis económica ha ido despejándose, aunque no todos lo acepten, mostrando una sociedad con mayor esperanza y confianza en su futuro. Es cierto, que en España, el paro sigue mostrando cifras muy altas que empañan el cristal a través del cual podemos mirar el futuro. Sin embargo, si en épocas de bonanza económica, el desempleo se ha mantenido históricamente alto podría ser una clara muestra de que nuestro desempleo no es coyuntural.
La falta de aceptación, de los buenos datos económicos que las estadísticas económicas van mostrándonos día a día, sin indicar con claridad el reverso de esos datos, solo puede producir incertidumbre sobre el futuro y no favorecen en nada a la inversión y al ahorro. Entonces, cabe preguntarse: ¿por qué lo hacen y a quién beneficia, esa postura tan negativa y desalentadora de nuestro país?
Cuando se quiere sustituir la razón objetiva, por la palabrería populista, los principios conductores de la ética y la política llegan a depender de otros factores que no son la razón. Es entonces cuando nuestras metas, sean las que fueren, dependen de predilecciones y aversiones carentes de sentido real y muy próximas al dogmatismo intransigente.
La idea de “razón” (razón como objeto) emerge del intento de distinguir lo subjetivo de lo objetivo. Lo objetivo está constituido por un sistema conceptual, expresado en categorías lógicas, leyes, axiomas, reglas o principios, que tengan carácter universal, y por ello mismo no dependan de puntos de vista o creencias particulares (subjetividad).
Si los datos económicos dados por organismos internacionales están insistiendo, periodo tras periodo, que la situación económica en España está mostrando claros signos de recuperación y crecimiento. Si Moody´s, una agencia de calificación de riesgo que realiza la investigación financiera internacional y el análisis de las entidades comerciales y gubernamentales, indica que la actividad económica se ha acelerado “significativamente” en España, lo que ha llevado a la agencia a revisar al alza sus previsiones de crecimiento hasta el 3% este año y el 2,7% el siguiente, datos muy superiores a la media de la UE. Pienso que, si estos informes no son creencias subjetivas, la pregunta que cabe hacerse es ¿quién nos está mintiendo?
La mentira no puede nunca estar justificada, aunque algunos políticos como el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger no tuviera problemas para justificar las mentiras en política, y así le fue a su presidente Richard Nixon por el asesorado. Si un político, un medio de comunicación o cualquier otra persona o entidad con influencia en la sociedad no tiene esto claro, nuestro futuro estará siempre en entredicho. No puede existir una doble moral. El sincretismo político, con el que muchos partidos políticos juegan, debe ser denunciado y apartado de la vida pública.
El ciudadano en estos momentos, donde las futuras elecciones catalanas y españolas van a ser determinantes para nuestro futuro, no puede dejarse llevar por mensajes, palabrerías, anuncios o anacolutos (tan utilizados en la prensa), que muestren subjetividad, parcialidad o sectarismo. Antes de mostrar nuestra simpatía hacía un tipo u otro de información y con ello decidir el voto a un partido, deberemos preguntarnos: ¿Quién nos miente y por qué lo hace? Cui prodest?


José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose

miércoles, 5 de agosto de 2015

EL HASTÍO DEL ESTÍO



El verano es la época del año donde, entre otras cosas, uno interrumpe su trabajo para disfrutar de unas vacaciones. Un receso que nos obliga a cambiar de chip, es decir, adoptar un nuevo rol en tu forma de vida. Es un nuevo periodo de nuestra vida donde se espera tener menos estrés y más deporte, menos trabajo y más ocio, menos amigos y más familia. Unos días donde uno cambia la rutina diaria para acomodarse a un nuevo entorno y a unas nuevas obligaciones. ¿Obligaciones?, ¿pero no estoy de vacaciones? Si lo estás, pero ahora ya no te vale escaquearte de las obligaciones del hogar. Unas obligaciones que el trabajo diario, del resto del año, te permite enmascarar.
Es en el estío donde muchas personas descubren el hastío de las vacaciones: niños, mujer, suegra, parientes. Familia que parecía no existir el resto del periodo laboral. Unos días esperados para disfrutar del sol, de olvidar a compañeros de trabajo insoportables, de los atascos diarios y de levantarse sin despertador, unas vacaciones para hacer lo que uno quiera. Lo malo aparece cuando se descubre que esas vacaciones se transforman en un tormento. 
Centremos este asunto en los matrimonios. La pareja, cuando sale de vacaciones, sufre una especie de metamorfosis al sacarlas de la rutina diaria. Se pasa de unas ocupaciones conocidas y desarrolladas con naturalidad rutinaria, a otras que ya fueron olvidadas o poco practicadas. Es el momento en que el matrimonio se da cuenta de que la persona, con la que comparte gran parte de su vida, es distinta cuando están de vacaciones. Son más insoportables.
La emoción de salir de asueto sin preocuparse por la labor diaria, puede transformarse fácilmente, en aburrimiento, frustración y fastidio: en el hastío del estío. Es el momento en que el connubio peligra, el punto y final de la relación. Muchos psicólogos asocian esta situación a una convivencia excesivamente intensa de esos días. Y, ante esta situación, cabe preguntarse si ambos conocen la calidad del compromiso afectivo, si existe en esas parejas amor.
El conocimiento personal que cada uno tenga de sí mismo, y la madurez psicológica, influyen para que el matrimonio llegue a buen puerto. Cada miembro de la pareja aporta su visión de la convivencia, adquirida, por lo general, en su familia de origen. Una pareja que convive, y no se conoce, nunca puede mantener una relación afectiva. Son extraños en una misma casa. Una situación, enmascarada por la rutina del trabajo diario, donde cada uno encuentra, fuera del hogar, el aliciente para seguir viviendo juntos. Las vacaciones rompen ese aliciente y delata aquello que ambos ocultaban: la falta de amor.
Las vacaciones ponen al descubierto conflictos que ya estaban presentes con anterioridad al período vacacional. La pareja pasa de verse prácticamente por las noches y fines de semana, a vivir las veinticuatro horas del día en un espacio compartido. El resto del año, las parejas están más ocupadas, tienen los roles correspondientes más delimitados y hay poco tiempo para discutir. Los conflictos se posponen y acumulan.
Un gravísimo error que cometen muchas parejas, con problemas, es esperar demasiado de las vacaciones. Es decir, pensar que las peleas y continuos roces que se han ido desarrollando a lo largo de todo el año van a desaparecer nada más poner pie en el destino estival. Cuando se pone toda la confianza en que las vacaciones van a resolver nuestros problemas, es muy probable que lo que se logre sea un gran sentimiento de decepción y frustración. Aparece entonces la resignación y el resentimiento, pero sin plantear solución alguna.
En las vacaciones somos distintos. Surge en nosotros otro personaje más amable y divertido, más dicharachero, pero no con tu pareja sino con otras personas con las que aparentemente se tiene más en común. Ello puede eclipsar la razón y acabar destruyendo una relación de años para correr tras un amor de fantasía y ensueño. Una situación que te apartará de la familia para hundirte en la soledad. Será entonces cuando pasaras las horas, de verdadero hastío, recordando el estío donde empezaste a soñar.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
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viernes, 10 de julio de 2015

TEORÍA DE JUEGOS



Últimamente el tema central de prensa, radio y tv, es el problema griego y sus planes para reducir su déficit público y pagar su deuda. El problema no está en presentar un plan, que también, sino en ser serios en las negociaciones que hasta ahora no lo han sido. Ya nadie cree en lo que diga el primer ministro griego Alexis Tsipras, aunque su flamante exministro de finanzas señor Varufakis haya dimitido para darle más credibilidad a la estrategia de juego del primer ministro con su contrincante la Unión Europea. Digo estrategia de juego, porqué es lo que estos señores están haciendo en sus conversaciones con los líderes de la eurozona.
Yanis Varufakis, economista formado en matemáticas y estadística, autor de varios libros sobre teoría de juegos, fue asesor económico de George Papandreou, de cuyo gobierno iba a convertirse en un ferviente crítico unos años más tarde. Como buen manipulador y estratega llevaba en su mente probar su teoría de juegos en la situación económica por la que pasaba su país. No encontraba en su entorno a nadie que le pudiera ayudar a ello hasta que encontró al visionario Tsipras que, como buen antisistema, recogió el lance de Varufakis para procurar maquillar sus promesas electorales que, con su dinero, son irrealizables.
En los últimos veinte años, la teoría de juegos se ha convertido en el modelo dominante en la teoría económica y ha contribuido significativamente a la ciencia política, a la biología y a estudios de seguridad nacional. Esta teoría estudia de manera formal y abstracta las decisiones óptimas que deben tomar diversos adversarios en conflicto. Su estrategia implica que cada movimiento o jugada, a realizar por el jugador, es el resultado de lo que el espera que los otros jugadores (o contrincantes) hagan. Dado que el mundo es un lugar inestable, el azar también puede jugar un papel. La teoría de juegos toma esto en consideración.
En situaciones como las actuales, la teoría de juegos es una herramienta muy útil en manos de los antisistema pues conocen, como nadie,  amagar y hamacar la situación sin importarles el lugar en que están dejando a su país. En ese tira y afloja entre eurozona y gobierno griego, la acción final depende de ambos. El árbol de decisión trazado por Varufakis tiene sin embargo, a mi modesto entender, las cartas marcadas. El gobierno griego tiene a su favor muchas cosas que la eurozona no tiene, por ejemplo: Grecia es un punto geoestratégico para los EEUU, que no le interesa que salga de la eurozona y pueda entrar con los rusos. Cualquier resultado que llevara a la ruptura con el país heleno traería consecuencias, aún no imaginables, de caos y desorden. Los antisistema están ansiosos de que la jugada salga a favor de Grecia, pues sería un ejemplo de su política y crearía precedentes. Cualquier trato de favor a Grecia provocaría que los socios de la eurozona (léase por ejemplo, Portugal, Irlanda, Chipre o España) actuaran de forma similar.
Por su parte, la eurozona ha caído en la trampa de ser el malo de teoría de juegos o de la estrategia que Grecia está llevando. Es el jugador que quiere “obligar” al país heleno a realizar acciones que son inviables y que en consulta plebiscitaria, que no democrática, ha dicho “no” a la petición del Eurogrupo (aunque a la vista de los acontecimientos de Tsipras en la cámara europea no sabemos que es ese “no”).
La conclusión a la que nos lleva este planteamiento es bastante incierto pero en el supuesto, nada desdeñable, de que la eurozona no aceptara el plan de Tsipras (más que un plan es un agiotaje), Grecia entraría en “default”, es decir en suspensión de pagos, con el caos y riesgos que podría traer. Así las cosas, siempre la ventaja será para Grecia, pues la UE evitará ese “default” y aceptara finalmente el plan griego. 

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
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