Viendo la película “Amistad” -Steven Spielberg (1997)-
basada en la historia real de un grupo de esclavos africanos amotinados en su
viaje desde Sierra Leona a Cuba a bordo de la embarcación La Amistad (¡vaya
paradoja!) cerca de Puerto Rico en julio de 1839, me vino a la cabeza lo
hipócritas que hemos sido siempre los seres humanos. En varias escenas, de la
citada película, se evidencia esa hipocresía para encubrir la maldad del ser
humano. En una de ellas, la del juicio realizado ante el Tribunal Supremo, lo que
se pretende es la defensa de la mercancía (esclavos) y no la defensa del
derecho básico de todo ser humano: su libertad.
Cómo es sabido, la persona hipócrita finge cualidades o
sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene o experimenta. Jesús en
el Evangelio de San Mateo (Mt-23) ya utiliza la metáfora sepulcros blanqueados para
comparar a los fariseos con sepulcros blanqueados, relucientes por fuera, pero
llenos de podredumbre repugnante y vomitiva en su interior. Esta metáfora y sus
variantes, se sigue empleando para tachar a alguien de hipócrita, farsante,
fariseo, inconsecuente con sus ideas, alguien que predica agua y bebe vino. Y
esto, por desgracia lo estamos viendo estos días en la política española.
Siendo la hipocresía un tipo de mentira, estamos asistiendo
al mercadillo más claro y rastrero de esta actitud de fingimiento en la España
de la nueva etapa política consecuencia de las últimas elecciones del 20D. El
resultado de la opción tomada por los ciudadanos ha sido, según indican los
analistas políticos, no querer mayorías absolutas en la gobernanza de nuestro
país y que, como consecuencia, los partidos políticos hablen y consensuen un
próximo gobierno. Lo malo es que la tipología de líderes políticos existentes
en la actualidad no da la talla para ese entendimiento. España ha tocado
democracia tan solo hace unos cuarenta años y, por lo tanto, carece de rodaje
democrático. Por otra parte, los casi otros cuarenta años de dictadura y la
guerra civil, han dejado en los españoles heridas sin cicatrizar de odio,
rencor y revancha.
Creíamos que la transición democrática había cicatrizado
esas heridas pero, en cuanto se ha dejado a la ciudadanía sin partido
hegemónico, todos se ven con el derecho a decidir y a gobernar, mostrando ese
mal tan español que es la envidia, que cómo decía Quevedo: “La envidia es tan flaca y amarilla porque
muerde y no come”. Es un sentimiento de frustración que emerge en el
individuo y que cuan tartufo -trufa u hongo-, vive escondido bajo una imagen de
tolerancia y aceptación que lo hace agradable y simpático ante los demás. Los hipócritas, son los falsos devotos, los
impostores que siempre van escondiendo sus motivos reales, y sus deseos,
enmascarándolos con tretas y descalificaciones por miedo a que se le
descubra.
La democracia, queridos hipócritas, es una opción de
sociedad que expresa una forma de ver, interpretar y ordenar el mundo en
función del respeto por los Derechos Humanos, y donde el conflicto, la
diversidad y la diferencia son constitutivos de la convivencia democrática. Por
esta razón, entre otras, no se entiende en democracia que un partido o varios
partidos no acepten esa diversidad y diferencia, estableciendo un cordón
sanitario, cuan apestados, al partido que no les interesa políticamente. Es
esto lo que hoy sucede en nuestra querida España, donde vemos que el partido
socialista, ¡tan demócrata él!, ni siquiera quiere hablar con el ganador de las
elecciones. Un partido que firma con otro (C´s) un pacto de gobierno a espaldas
de otros dos (Podemos y PP) y encima quieren que uno de ellos, o los dos, se
abstengan en la votación a presidente de gobierno para que el Sr. Sánchez, con
el peor resultado electoral de la historia y negando el agua y la sal al partido
popular, sea ahora presidente.
El Sr. Rivera dice ahora que no puede apoyar al PP porqué representa
la corrupción, por lo que debemos pensar que si ha firmado y se ha entendido
con el PSOE es porqué lo considera impoluto en corrupción ¿no? ¡Que desfachatez!
¡Que hipocresía! ¿Es que no se ha enterado de que ese partido encabeza el
ranking de partidos políticos con más corrupción? Claro Vd. dirá que no quiere
entrar en el “y tú más”, pero habrá que decirlo para destapar su doblez. Pero Vd.
ya mostró su ocultismo e hipocresía en el proceso de creación de Ciutadans al
no revelar, cómo le criticó el Sr. Arcadi Espada (uno de los impulsores de la
plataforma), su militancia en NNGG del PP.
Queridos hipócritas, si los votos no han dado mayorías
absolutas, tampoco han autorizado, a que Vds., hayan decidido apartar (o
eliminar, que todo se andará) al partido respaldado por más de 7,2M de votos.
Un partido y sus votantes, a los que no respetan, ningunean e ignoran y, encima,
quieren “por el bien de España” que se retiren para conseguir Vds., lo que las
urnas no les ha dado: haber ganado las elecciones.
José Antonio Puig Camps. AGEA
Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose
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