Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





jueves, 11 de julio de 2019

DEFENSAS DE LA VIDA


Vivimos en una época en la que hablar de principios y valores parece no estar bien visto, que está pasado de moda y que sea algo atado al conservacionismo. Si el mundo está como está es precisamente porque hemos dejado de lado algo tan relevante como los valores humanos. La solución de muchos de los conflictos que afligen la sociedad en nuestros días pasa porque cada uno de nosotros tome conciencia de lo importante que son esos valores, que muchos creen conocer lo que significan pero, si lo preguntas, muchos no sabrán que responderte, otros pensaran que eso es cosa de la iglesia y de los curas y pocos te citaran algunos. Los valores humanos son el conjunto de ideas que tienen la mayor parte de las culturas existentes sobre lo que se considera correcto. Suponen la colocación de la especie humana en una posición de superioridad gracias a los valores éticos y morales. Honestidad, sensibilidad, gratitud, humildad, prudencia, respeto o responsabilidad, son valores humanos que por desgracia son considerados como conceptos abstractos o manifestaciones difíciles de entender por la inmensa mayoría de la sociedad, y así nos va.
Estas manifestaciones, innatas en el ser humano, estos valores universales se complementan con otros valores subjetivos que tienen que ver con la personalidad que distingue a una persona de otra. No todos estamos dotados del mismo carisma, porque no todos hemos tenido la adecuada defensa que la vida nos ha ido proporcionando. Nuestras vidas han sido un regalo que Dios nos ha dado, pero también nos ha permitido que ese regalo haya tenido instrucciones para manejarlo. Unas instrucciones, que yo las llamo defensas de la vida. Son nuestras fortificaciones que nos permiten afrontar los retos que a lo largo de la vida se nos presentan: la familia, la escuela, la religión, el trabajo o el ocio y los amigos.
La familia nos permite adquirir las primeras capacidades intelectuales y sociales, jugando el papel más crucial en la constitución de nuestra identidad. La familia nos demostrará que sin amor nada tiene sentido. La escuela será donde se irá desarrollando la confianza capaz de aportar un clima de colaboración, participación y motivación a la sociedad. Nos prepara para ser ciudadanos.  La religión, que nos hace sentir como parte integral del universo y que permitirá medir el comportamiento espiritual de cada individuo. Una manifestación de nuestro Ser Esencial capaz de vibrar en la tesitura del amor, la sabiduría y la belleza divina. Los amigos o grupo de pares que comparten un estatus igual o similar, que tienden a circular e interactuar con el mismo conjunto social, con pautas de conducta basadas en objetivos, creencias o valores. El trabajo o el ocio, siendo precisamente la actitud del ocio la que le da un sentido al trabajo.
Esas defensas nos permitirán, si somos capaces de equilibrarlas, una travesía vital, alegre y optimista. El equilibrio será fundamental para que nuestra vida no se nos escape inútilmente de las manos. Aquel que le dedique más tiempo del necesario a cualquiera de ellas estará malgastándolo y, lo que es peor, perderá las oportunidades que las otras defensas pueden proporcionarte. Quien, a lo largo de su vida, no ha echado de menos haberle dedicado más tiempo a la familia que al trabajo. O quien, no ha perdido la ocasión de formarse debidamente por la ansiedad de ganar dinero antes de tiempo. O, un gran etc., que a lo largo de la vida se nos ha planteado por no haberle dedicado más tiempo a esas defensas de la vida que nos hubieran hecho más felices a nosotros y a nuestros seres queridos.
Son precisamente los frutos de esas defensas los que enriquecen al ser humano con los valores éticos y morales. Unos valores muy alejados de la abstracción por mucho que se empecine la sociedad a tomarlos como tales. Podrás ignorarlos pero ellos seguirán existiendo para colocar a la especie humana en una posición de superioridad gracias a sus frutos o carismas, que nos alejaran de ser simples animales con deseos impropios de nuestra condición humana. Hace poco hemos presenciado escenas incalificables de algunas personas que querían manifestar su orgullo de gay o lesbianas, y lo único que han hecho ha sido degradar el significado de “diferente” que tanto han querido defender. Cuando se carece de las defensas de la vida, se pierden los valores y el único orgullo que queda es pasar del armario al contenedor de basura.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog: http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 11-07-2019