Los
cambios, profundos y acelerados, que rápidamente se extienden por el universo
entero, son fruto de la inteligencia y el dinamismo creador del ser humano. Unos
cambios que han producido en nuestras vidas una verdadera metamorfosis social,
cultural, política y económica que, irremediablemente, ha repercutido en la
vida religiosa. Una vida que a los largo de los años ha sido abandonada por
todos los humanos, olvidándonos de aquellos principios y valores que
permitieron conseguir un mundo más civilizado. De esta forma, el mundo moderno
aparece a la vez poderoso y débil, osado y cobarde, capaz de lo mejor y de lo
peor. Un mundo que, ante la falta de fe y esperanza, nos está dirigiendo al
precipicio de la ignominia. El ser humano ha dado la espalda a Dios, y un mundo
sin Dios es un mundo sin esperanza.
En la
mitad del siglo pasado el espíritu secularizador asumido por los gobiernos
descristianiza Europa con sorprendente rapidez, y el nuevo siglo XXI se podría
definir cómo post-cristiano. La mayor evidencia de nuestra condición
post-cristiana es que en pocas décadas hemos cambiado de una religión de credos
confesionarios a la espiritualización de necesidades personales. Unas
necesidades egoístas que podríamos calificar como enfermedad del alma. Una
enfermedad que San Juan Pablo II, en su Exhortación Apostólica “La Iglesia en
Europa” -28 junio 2003-, define como enfermedad terrible de nuestro tiempo que
no es otra cosa que la pérdida del gusto por vivir, que nos ha llevado a una
pérdida de la memoria y de la herencia cristiana. Una vida sin Dios que lleva,
a un vacío interior y pérdida del sentido de la vida; a un dramático descenso
de la natalidad en el Viejo Continente Europeo; a una resistencia o rechazo
claro para tomar decisiones positivas en favor del derecho a la vida de otro
ser humano; a no reconocer los valores del matrimonio y la familia…, y donde se
pretende disfrazar de progreso la solución laicista para muchos de esos
problemas.
Los
padres de Europa, responsables del impulso inicial de la aventura europea, como
Robert Schumann, Konrad Adenauer y Alcide De Gásperi -entre otros-, fueron
hombres católicos que establecieron las bases de la construcción europea, y que
apoyaban un proyecto del destino de Europa hacia un humanismo que conforma las
raíces cristianas, históricas y culturales. Sin embargo, el intento de
introducir explícitamente el término “raíces cristianas” en la discusión de lo
que debería haber sido la Constitución de la Unión Europea, no tuvo lugar en
ese texto. Sin ese cristianismo que ha contribuido poderosamente a la
configuración de Europa y que le dio su auténtica grandeza, ¿Qué queda, afirman
muchos, sino desesperanza en los corazones y nihilismo en el pensamiento?
¿Acaso podría siquiera hablarse en el mundo de democracia y de derechos humanos
universales sin la matriz cristiana que los generó?
Preguntas
que van teniendo respuesta cuando vemos actuaciones y declaraciones que avivan
la presencia de Dios. La primera ministra de Alemania Ángela Merkel, en su
visita a la Universidad de Berna –Suiza-, indica oficialmente que Europa
necesita volver a sus raíces y conectar con Dios y la Biblia para sortear la
crisis actual de la inmigración, que tiene contornos religiosos. El aumento de
población musulmana, debido a la inmigración, está causando que muchos europeos
que antes eran solo “culturalmente cristianos” estén empezando a sentir el
cristianismo como una seña de identidad. Si antes había un gran consenso en que
la religión debía quedar al margen de la vida pública, cada vez más voces
defienden ahora lo contrario. Por otra parte, ya hay estudios que demuestran
contundentemente que las minorías cristianas se están haciendo más activas y
reivindicativas. Este fenómeno muestra claramente que los cristianos en Europa
están volviendo a una situación estructuralmente parecida a la de los primeros
siglos: una Iglesia minoritaria y perseguida con una profunda fe que además da
a sus miembros sus señas de identidad.
José Antonio Puig Camps.
AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Twitter: @japuigcamps
Publicado 08-12-2016