Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





domingo, 18 de septiembre de 2016

UNA EUROPA SIN CABEZA



Los líderes de todos los países que forman parte de la Unión Europea (UE), con la excepción del Reino Unido, dieron comienzo el 16 de este mes una cumbre informal en Bratislava con la intención de abordar los retos comunes que afronta el futuro comunitario. Una cumbre que llega en el peor momento de una Europa atacada por las crisis: la de los refugiados, la amenaza terrorista, el débil crecimiento, los riesgos de nuevas fisuras económicas y las consecuencias del Brexit.
Una Europa, con el mínimo entusiasmo de los comunitarios por un futuro común. Una Europa, donde cada miembro va a lo suyo, sin importarle los principios y los valores que son los cimientos de su construcción. Una Europa a la deriva, incapaz de imaginar su futuro puesto que se ha desentendido de su pasado, sin percatarse de que el punto de partida de todo liderazgo político y de toda planificación ha sido entender profundamente su historia.
La historia ha demostrado que aquella concepción de una Europa unida trajo grandes logros: paz, desarrollo y bienestar. Pero todo ello no ha asegurado una clara identidad europea, una clara solidaridad de los pueblos, un claro concepto de la subsidiaridad principio base de la Unión Europea. Hoy está en juego el estilo de vida del ciudadano europeo, los valores europeos y la persistencia o la desaparición de las naciones europeas. La Unión Europea comenzó cómo asociación económica y más tarde se convirtió también en asociación política, sin embargo no ha sido capaz de actuar cómo fuerza soberana. Si la UE, gracias a su pragmatismo y relativa flexibilidad, fue capaz de dar soluciones estructurales únicas, hoy se evidencia que algo se ha estropeado, algo ha fallado.
Europa parece paralizada, incapaz de responder a las tentaciones del repliegue nacionalista y del populismo. Le falta un proyecto unificador que mire al futuro, un modo de funcionamiento más eficaz y democrático, faltan hombres de estado, líderes que den confianza e impliquen a la gente. Nadie es capaz de alzar la voz ante los partidarios de la vuelta a la soberanía de las naciones, que van poco a poco ganando terreno y obstaculizando, y si lo hacen pasan desapercibidos. Europa está sin cabeza, está ausente o en posición de acusada.
En Europa, el único motor que está ronroneando es el franco-alemán. François Hollande y Angela Merkel se reunieron en París la víspera de la cumbre de Bratislava.  La canciller alemana confiando en que la agenda establecida en Bratislava "hará avanzar Europa" y el presidente francés, aconsejando que “debemos ser lúcidos sobre la situación que vive Europa”. Pero para avanzar con lucidez, se hace necesario que los mandatarios europeos observen las razones que han llevado a los británicos a dejar la Unión Europea. Europa no está viviendo actualmente una crisis cualquiera, se trata de una crisis existencial donde es incapaz de conocer el camino que debe seguir.
Mientras todos estos problemas están encima de la mesa, España se despierta días tras día con el único problema de si Rita Barbera debe o no dejar de ser senadora. La presencia parlamentaria del ministro de economía español, señor de Guindos, tras la petición insistente de los grupos parlamentarios, no ha sido para conocer la salud económica de España, sino para saber por qué se designó al señor Soria para el banco mundial. Y con una Europa sin cabeza, nosotros nos contentamos con un país sin gobierno.

José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Twitter: @JapuigJose