Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





miércoles, 12 de junio de 2013

QUID PRO QUO



En estos días, además de una entrada de verano “sentido”, se observa en la sociedad en general y en la política en particular un utilitarismo que a veces sonroja. Si miramos a la justicia encontraríamos suficientes casos de intereses distintos a los que cabría de esperar de aquellos que oficialmente deben impartir justicia. En la sanidad, cualquier cambio que perjudique el status quo del profesional sanitario, trae consigo manifestaciones airadas y comprometidas para el ciudadano enfermo, llegándose a pensar que fue del juramento hipocrático. La economía, es como un “tío vivo” de feria, con la cantidad vueltas terminológicas sobre la prima de riesgo, caída de la bolsa, pensiones, plan de pensiones, preferentes, etc., que a fuerza de repetirlas, por los medios de comunicación de masas, se hacen familiares, y hasta en el juego de mus o domino se utilizan. Y si miramos a la política, que quiere que les diga, pues esperar las próximas noticias para conocer el nombre o nombres de los aprovechados de las desgracias de los demás, los ruines.

A la pregunta, tan coloquialmente repetida, de ¿qué está pasando?, se puede responder de una forma fácil o difícil. Fácil si aplicamos el sentido común. Difícil si escuchamos a expertos, catedráticos, periodistas, y una retahíla de tertulianos, que solo “parlotean” pero “dialogan poco”. Yo me apunto a la respuesta fácil, la del sentido común, y la respuesta es que todos quieren lo suyo y no están dispuestos a ceder un solo trozo de “su tarta” a los demás. Todos quieren el “poder” a costa de lo que sea, bueno mejor dicho a costa de los demás. Los “nuestros” antes que los “otros”. Ni sindicatos, ni patronal, ni nacionalistas, ni tradicionalistas, ni fundamentalistas ni un gran etc., están dispuestos a sacrificarse, pero si están dispuestos a que los demás nos sacrifiquemos.

Ante esta situación aparece el “pacto”, el “quid pro quo”, el dar una cosa por otra, ni salir perjudicado, ni salir beneficiado, es decir una reciprocidad o un “quedarse como estoy”. Lo malo es que ese “como estoy” son el de “ellos”, los de siempre, los ganadores, pero nunca los “otros” es decir los perdedores. Esa reciprocidad significa matemáticamente dejar un subconjunto (del conjunto de la sociedad) en la misma situación, la del privilegio. Pero como la sociedad tiene otros subconjuntos (trabajadores, pensionistas, amas de casa, escolares, investigadores, enfermos, etc.), y la suma societal tiene que adelgazar para poder mantener una situación, que en estos momentos es inviable, solo tiene que adelgazar, es decir apretarse el cinturón, el resto de los subconjuntos y nunca el subconjunto privilegiado.

Todo esto se arreglaría si el “quid pro quo” se aplicara a todos y cada uno de los colectivos (subconjuntos) de la sociedad. Pero esto no gusta nunca a los ganadores, ¿Verdad que no?

José Antonio Puig Camps 120613