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MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





miércoles, 8 de noviembre de 2017

EL PECADO (RAUXA), CONTRA LA VIRTUD (SENY)



En nuestra vida cotidiana siempre tenemos límites y obligaciones para cada una de las cosas que hacemos. En lo que respecta a las Leyes Nacionales que establece un país y que debemos cumplir y aceptar como ciudadanos del mismo, tenemos en primer lugar las Leyes Materiales que simplemente se encargan de enunciar las obligaciones y derechos que tenemos disponibles, mientras que por otro lado tenemos las Leyes Formales que nos permiten contar con un procedimiento o una forma de aplicar las mismas, teniendo ambas dependencia de una Ley Suprema. Cada país cuenta entonces con una ley suprema llamada Constitución, que nos marca un conjunto de obligaciones y beneficios del cual dependen todos los organismos de la nación.
El cumplimiento de la Constitución permite que las sociedades se muevan dentro de los parámetros en ella establecidos. Los individuos somos distintos. Unos tienen aversión al riesgo, mientras que otros son más osados; unos prefieren ganar dinero como objetivo básico, mientras que para otros sólo es un medio para dedicarse a su estilo de vida preferido; unos prefieren ahorrar y otros consumir; etc. Por ello no se puede legislar individualmente. Las desigualdades basadas en las elecciones son legítimas; pero las desigualdades basadas en las circunstancias no lo son. No obstante, un país no puedo funcionar basándose en las elecciones individuales, pues con ello se erosiona la confianza social y la solidaridad.
En España estamos asistiendo a una clara erosión de la confianza social y la solidaridad, en la descabellada actitud del independentismo catalán. El independentismo catalán plantea sus tesis sobre el principio de que el pueblo de Cataluña es una nación soberana, aludiendo básicamente a la interpretación de su historia, cultura, lengua propia y al derecho civil catalán, y sobre la afirmación de que Cataluña no alcanzará su máxima plenitud cultural, social ni económica mientras forme parte de España. Todo esto se está demostrando que es una falacia. Ni se está alcanzando plenitud cultural puesto que la cultura no solo es catalana, ahí tenemos, por poner solo unos ejemplos, a la generación del 98 (Unamuno, Baroja, Azorín, Machado, Maeztu, Valle-Inclán, el pintor Zuloaga...), de 1914 (Ortega y Gasset, Marañón, Pérez de Ayala, Falla, Juan Ramón Jiménez, Vázquez Díaz, Madariaga, Azaña, Solana, Gómez de la Serna...) y del 27 (García Lorca, Buñuel, Dalí, Alberti, Guillén, Salinas, Cernuda, Halffter, B. Palencia, Alberto Sánchez, Moreno Villa...). Personajes que no eran hechos aislados y dieron a la España del s. XX una etapa de verdadera plenitud cultural. Ni económicos, la patronal catalana Foment del Treball asegura que hay fuga de capitales y cifra ya en "centenares" las empresas que están abandonando su sede social en Cataluña en un panorama dantesco, por lo que acusa a la Generalitat de conducir a la comunidad a "la insolvencia". Ni mucho menos social.
Una acusación a la Generalitat que al parecer –por no decir seguro- nadie de los independentistas quiere ver. Pero no quieren verlo porque todo está basado en una sola cosa: mantener su estatus económico y social a costa de los impuestos de todos los españoles, a costa de romper las leyes que la constitución española nos obliga a cumplir. España no roba a nadie, son algunos gobernantes catalanes los que están robando a los españoles –catalanes incluidos. Son muchos años que los gobiernos catalanes –incluido los socialistas Pascual Maragall y José Montilla- desde 1980, con Jordi Pujol a la cabeza, que han establecido una hoja de ruta para independizar Cataluña del resto del Reino de España. El adoctrinamiento nacido en las aulas de los colegios catalanes ha ido siempre en esa misma dirección. Los miles y miles de millones de euros que han ido sacando de España a base de maquillar las cuentas que toda comunidad debe de dar al Estado Español o los desfalcos mafiosos destinados a sus propias ideas y fines, son muestra clara del porque son capaces de romper su comunidad y su nación con tal de conseguir esa independencia que los mantendría cómodamente en su feudo sin dar cuentas a nadie.
No señores independentistas, ustedes, no luchan por mantener lengua propia, derecho civil catalán, y máxima plenitud cultural, social ni económica. Cataluña, hasta hoy, lo tenía. Ustedes, los gobernantes independentistas, están luchando por no ir a la cárcel, por no enfrentarse a las acciones delictivas que han ido realizando a lo largo de más de veinte años, por no enfrentarse a la vergüenza nacional e internacional de quitarles las caretas y mostrar sus verdaderas intenciones, la de conseguir sus feudos, sus virreinatos, sus ostentaciones medievales propias de otras épocas. No quieren el bien común, no quieren un igualitarismo, quieren más, mucho más. Quieren dominar a un pueblo, el catalán, que ha estado siempre en el “seny”, en la mesura, en la sensatez, cordura y sentido común. Quieren cambiar ese “seny” por  la “rauxa” (arrebato), una serie de manifestaciones de principios contradictorios a lo que el pueblo catalán ha sido. Quieren cambiar ese marco tradicional catalán del “seny” como virtud, al pecado del furor, la rabia y la ira. No soy catalán, pero admiro a muchos de ustedes que han honrado a Cataluña y a España. Por eso, desde esta ventana al exterior, quiero decirle que no se dejen engañar por esas mentes egoístas, ambiciosas e ingratas, que aupándose en la buena voluntad de muchos catalanes están destruyendo un caudal atesorado por todos los españoles, a lo largo de estos últimos cuarenta años, de democracia, paz y prosperidad.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog: http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 08-11-2017

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