El terrorismo yihadista volvió a golpear salvajemente a
París (noche del 13) en la que se puede considerar una nueva fecha negra de la
historia reciente de Europa. Como siempre ocurre en estas situaciones de
extremo dolor y máxima emergencia política y policial, todos los discursos
suenan huecos y retóricos. Sin embargo, nunca serán pocas las condenas que se
realicen ante tan cobarde acción.
En España nos miramos en el ombligo del independentismo
catalán sin ser conscientes de la verdadera situación de terror que se está perpetrando
en la Europa democrática. Situaciones como la catalana rebajan, si no anulan,
el musculo político que debe tenerse ante posibles atentados y masacres, como el
sufrido el 11 de marzo de 2004 en Madrid que, por cierto, aún no ha quedado
claro los motivos reales de su autoría. Ese bajar la guardia nos hace centros
del oportunismo terrorista.
Las oportunidades políticas que los países, en momentos de
crisis institucional ofrecen a los insurgentes, es de tal calibre que de esos
polvos surgen los actuales lodos terroristas. Teóricos como Eisinger, McAdam, Tilly y Tarrow, ya han ofrecido sus
teorías de Estructura de Oportunidad Política (EOP) que parte del planteamiento
central (apropiado en estos momentos de debilidades políticas e insensatez
ciudadana), de que el tiempo-oportunidad y el destino de los movimientos es
ampliamente dependiente de las oportunidades de los grupos insurgentes para
cambiar la estructura institucional y la disposición ideológica del poder hacia
ellos.
La elevación de las
migraciones irregulares pone el listón de la seguridad global en lugar
inalcanzable en países con democracias constituidas de pleno derecho. Esa
situación obliga, a esos países, a dejar de discutir si son galgos o podencos y
uniformar el estatuto prioritario de seguridad nacional, hoy en día global, que
está en estrecha relación con el terrorismo y la criminalidad organizada.
La contemplación de
los fenómenos migratorios como ámbitos propicios para el desarrollo de
expresiones subversivas, criminales o terroristas contribuye a
institucionalizarlos como espacios prioritarios de control, y condiciona la
orientación de las políticas en la materia. Esta perspectiva halla su
oportunidad política, para esa institucionalización, en los hechos de
terrorismo padecidos en los inicios del s. XXI y que, trasladados a Europa,
siguen manteniendo en jaque, y espero no en mate, a todos sus ciudadanos.
Si los propósitos de la democracia son: mejorar la calidad de vida y la dignidad
del individuo, discernir y hacer
cumplir los deseos de la comunidad, limitar el poder, y reducir
los antagonismos sociales; el identificar a los migrantes como
responsables de la buena parte del desorden e inseguridad presentes, es decir,
como sujetos sociales incardinables en narrativas de riesgo, se estará
rompiendo uno de los propósitos democráticos: reducir los antagonismos sociales.
Antes que poner, en la diana del imaginario colectivo como culpables de
cualquier problema o malestar social a los refugiados e inmigrantes, se deben
establecer normas y leyes de obligado cumplimiento a nivel global que pongan
remedio a las causas del efecto migratorio.
Los expertos antiterroristas saben muy bien dónde se
encuentran los apoyos militares, políticos y financieros de los terroristas y
Europa va a tener que sopesar muy seriamente cómo mejorar y aumentar el combate
contra el yihadismo. No se puede dejar de actuar sobre países que impunemente
facilitan la acción migratoria para dirimir sus intereses políticos. Las olas
de refugiados hacia países europeos y no a los países musulmanes, son muestra
de una invasión enmascarada y premeditada de estos últimos países, con la única
pretensión de cambiar el sistema político, social, religioso y cultural del
país receptor, sin importarles las consecuencias, a veces inhumanas, que se
están cometiendo con sus compatriotas.
La islamización de Europa y otros territorios, son objetivos
que se han fijado los islamistas radicales. Dentro del respeto a los derechos
humanos, se deben usar todos los medios y toda la contundencia para perseguir y
eliminar a las células terroristas que pretenden convertir a Europa en un
cementerio.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero
y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose
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