Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





martes, 28 de abril de 2015

ANÓNIMO PRUDENTE o COBARDÍA



«Un helicóptero menos y cuatro salvapatrias pistoleros menos para conquistar Cataluña». Es el comentario que escribió un “ciudadano” en la red social Twitter en referencia al accidente de helicóptero que provocó la muerte de cuatro militares españoles. Esta es una de las muchas barbaridades que se pueden ver y escuchar en este nuevo mundo informático de las comunicaciones. Este caso fue llevado inmediatamente por la Defensora del Pueblo a la Fiscalía, pero ahora habrá que dilucidar si el autor ha incurrido en algún delito. De todos modos, y pese a que el comentario fue eliminado de Twitter, el mensaje se ha prodigado de un modo infinito: es el efecto multiplicador de las redes sociales.
Estos comentarios, por desgracia, no son excepciones sino la regla que desaprensivos, inmorales y faltos de toda ética, sirviéndose de la red internet, utilizan para proferir insultos, amenazas, vejaciones o  lesiones contra el honor de las personas. El internet es para estos personajillos como el agua para los peces, su medio de vida. Las redes sociales se están convirtiendo en plataformas utilizadas por ¿ciudadanos? para satisfacer sus instintos más despreciables desde la impunidad que otorga el anonimato.
Sobre este asunto me explicaba un conocido, experto en estos temas, que el mayor problema radica en la falta de pruebas, en averiguar quién es el autor. Sin embargo, cuando hablas con la policía te dicen que no hay nadie anónimo en la red, pero, la realidad es otra cuando te pasa a ti, a un familiar o a un conocido. Cuando el cobarde, en cuestión, no se identifica, cambia constantemente de servidor o desaparece de la red resulta imposible dar con él. 
El asunto de la identidad en internet y en las redes sociales no es en absoluto nuevo. El anonimato no cubre únicamente el derecho de una persona a no identificarse en absoluto, sino también cuestiones como la de crear su propia identidad mediante un pseudónimo, conectado o no con su identidad real, o el uso de apodos de diversos tipos que permitan a una persona manejar su identidad como le dé la gana.
Personalmente nunca utilizo pseudónimo, más aún, pongo mi nombre y apellidos junto a mi fotografía en la red. Me encanta tener la libertad, que estos medios me permiten, para exponer mis ideas y que las conozcan. No critico a nadie que no haga lo que yo, pero, si critico al que, utilizando el derecho del anonimato en la red, lo haga para dar vía libre a sus frustraciones, odios y quimeras. El anonimato ofrece una comodidad esplendida a los cobardes, a los acomplejados, a los tristes y a los pusilánimes.
No debemos confundir opinar o “libertad de expresión”, con vomitar odio y resentimiento amparándose en el anonimato. Posiblemente algunos me pueden decir que utilizan el anonimato por “prudencia”. Sé que la prudencia es un don, y no todo el mundo lo tiene. Lo único malo del “anónimo prudente” es que tenga que mentir con la excusa de no herir los sentimientos de otra persona. Nunca se hiere a nadie cuando se dicen las cosas con corrección y con la cara descubierta.
José Antonio Puig Camps. AGEA Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose

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