La semana ha
transcurrido con el foco informativo en el Valle de los Caídos, y Franco
como protagonista. A dos semanas escasas
de repetir las elecciones generales, resulta surrealista que este tema ocupe el
interés informativo. Puro electoralismo dicen unos al haberse anunciado que se efectuaría
la exhumación “con discreción”, y el gobierno en funciones la retransmite después
con una cobertura informativa propia de un acontecimiento histórico de interés
general. Para otros, la mayoría de los “pensantes” –pocos, pero “haberlos
haylos”, la gravedad está en la forma que se ha llevado a cabo la exhumación ya
que se ha ocasionado un importante daño a nuestro Estado de derecho con la
aparente dependencia del TS a los deseos oportunos del Gobierno, con una
sentencia que liquida de un plumazo los consolidados derechos en materia de
libertad religiosa, de inviolabilidad de lugares de culto, profanación de
sepultura en lugar sagrado, y determinación del lugar de inhumación, al margen
de la voluntad unánime de los familiares.
Pero, el presidente
del Gobierno en funciones, dado que a lo largo de su “mandato” no ha hecho nada
de nada que lo haga sobresalir ante la opinión publicada, no quiere cerrar el
filón político de la exhumación de Franco y está planeando una remodelación del
Valle de los Caídos. El proyecto no está aún definido del todo, pero cuenta ya
con varias ideas encima de la mesa. Una de ellas, concretamente, incluye la
revisión de la concesión de la Basílica a los monjes benedictinos, llegando a
plantear la desacralización del Valle. No se trata del único cambio que
pretende hacer el presidente en funciones en el Valle de los Caídos, también prepara
una segunda parte: el traslado de los restos de Primo de Rivera. El problema es
que éste sí murió en la Guerra Civil, cuestión que legalmente le habilita para
permanecer en el Valle tal y como fue concebido este lugar. Una obsesión
cumplida por el Sr Sánchez. Obcecación por sacar los huesos de un difunto 44
años después de su inhumación que ha mostrado un rancio anticlericalismo y la manía
–sembrada por su antecesor Zapatero- con resucitar el conflicto de “las dos
Españas”, cuestión que ha centralizado las declaraciones de los portavoces del
Gobierno y del propio Sánchez sobre esta polémica.
Por otra parte, los
meses están transcurriendo con el llamado “tema catalán”. Una situación que está
favoreciendo la “balcanización” o “desmembración” de Europa –tal y como nos
indica Marlene Wind en su libro “La tribalización de Europa”. En este libro se
presentan tres males que aquejan a Europa según la autora: El mal del Brexit.
El mal de la tribalización de Cataluña del proceso separatista. Y los regímenes
liberales del este de Europa. Un Continente que en unos años será el que menos
potencia demográfica tenga en el mundo y, como consecuencia de ello, cualquier
acción de disgregación y ruptura repercutirá en su poder y en su supervivencia.
Un “tema catalán” que, con la sentencia del “procés”, está radicalizándose sin
que nadie ponga fin a tanto desmán. Si los CDR han cerrado carreteras,
aeropuertos, estaciones, etc., ahora se suman el Sindicato de Estudiantes de
los Países Catalanes (SEPC) que convoca una huelga indefinida en las
universidades públicas catalanas en contra de la sentencia del “procés”. Unos
estudiantes que cierran las universidades e impiden que muchos compañeros suyos
y profesores puedan tener la libertad de recibir y dar clases. Un derecho de
estudiar que los anarquistas “estudiantes” dicen que se ha perdido. La
pasividad de los gobiernos central y catalán ante tanta tropelía es una clara
indicación de que ambos están comprometidos con ese proceso separatista. Unos
por tener las manos atadas por aquellos que gracias a sus votos pueden seguir
gobernando. Otros porque ven que si paran les espera la cárcel.
Finalmente, entre la
exhumación de Franco y el “tema catalán”, los españoles se ven volcados a unas
nuevas elecciones –las cuartas en cuatro años. Unas elecciones que la
maquinaria de propaganda socialista funciona a pleno rendimiento. Por un lado,
se han encargado de potenciar la presencia de VOX –muro que se interpone entre
Casado y su posible victoria- que jamás habría despegado si no hubieran
existido la moción de censura y la connivencia de Sánchez con Podemos y los independentistas.
Se suele asociar el crecimiento vertiginoso de Vox al 1 de octubre catalán,
pero su explosión demoscópica coincide cronológicamente con el llamado “pacto
de Pedralbes” de Sánchez y Torra. Hasta entonces, ninguna encuesta los había
situado por encima del 2% de intención de voto. Por otro, el CIS cuyo presidente, José Félix Tezanos,
ha aplicado el principio de unanimidad de Goebbels –“llegar a convencer a mucha
gente de que piensa como todo el mundo, creando una falsa impresión de
unanimidad”- para fabricar la idea de que la victoria de Pedro Sánchez el 10-N
será tan aplastante que no hay posibilidad alguna de alternativa. Franco, el
Tema Catalán y las Elecciones, una combinación de manipulación y falsedad que
revela hasta qué punto las instituciones del Estado han entrado en una fase de
perversión democrática.
José Antonio Puig Camps. AGEA
Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
Blog:
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @japuigcamps
Publicado 31-10-2019
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