¿Por qué estás triste?, le preguntaba el padre a su hija.
Ella le miró y respondió: porque ha muerto la hermana de mi mejor amiga y su
dolor es el mío. Cuando presenciamos actuaciones así, estamos asistiendo a un
acto de amor y comprensión por el dolor ajeno. Es un sentimiento de empatía, de
participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra, a su
amiga. Estos días hemos presenciado la pena de la gente, ante hechos
desgarradores que han sacado de cada uno de nosotros ese sentimiento de
angustia, porque es nuestro el dolor de ellos.
El pasado domingo de ramos, un autobús procedente de
Valencia volcó en la carretera AP7, en el término municipal de Freginals
(Tarragona), saltándose la mediana de la autopista y chocando con otro vehículo
que circulaba en dirección contraria. Un accidente que se llevó 13 vidas de unos jóvenes, de distintas
nacionalidades, que les unía una beca de estudio Erasmus y unas horas de
disfrute de las fiestas falleras. Horas después esa alegría se transformaría en
llanto y tristeza que se reflejaba en la cara y los gestos de familiares y
amigos que iban acudiendo al lugar del siniestro.
El martes siguiente, el
terrorismo islamista volvió a sacar sus garras asesinas en pleno corazón de la
Unión Europea: Bruselas. Un doble atentado reivindicado por el
Estado Islámico (ISIS) que ha dejado al menos 30 muertos y más de 230 heridos.
Enésimo renacer de la amenaza terrorista, un ataque coordinado en el aeropuerto
de Zaventem y en una de las estaciones del céntrico distrito europeo. Mucho es
el dolor y desaliento que estos asesinos van sembrado en Europa, un hecho que
nos vuelve a recordar últimos atentados de París, Londres y Madrid.
La gente se une ante hechos similares. Llora y se desespera
sin encontrar respuesta a tanto dolor. Comprender el sentido del dolor y del
sufrimiento humano es uno de los desafíos más complejos de la fe cristiana ¡Como
enfrentarnos a tanto dolor tan solo con palabras! No es de extrañar que nos
preguntemos, que siendo Dios amor y omnipotencia, ¿por qué permite el dolor en
el mundo? Andre Frossard, amigo francés muy cercano al Papa Juan Pablo II,
decía que el origen del dolor y del mal son las piedras en las que tropiezan
todas las sabidurías y todas las religiones. El propio Jesús en su vida pública,
enseño su Evangelio y mostró el camino de la salvación del alma, venció la
enfermedad y aun la muerte. Pero no suprimió el sufrimiento ni aclaró su
misterio. Sin embargo lo asumió y le dio un valor moral, formulando uno de los
pensamientos más hermosos de la historia: "Bienaventurados
los que lloran porque ellos serán consolados".
El misterio del dolor y de la muerte es incomprensible para
el ser humano, que ante la falta de respuesta, culpa a Dios por no tenerlas y,
con ello, le confiere un concepto demasiado antropomórfico. Solo podemos
recibir alguna respuesta a través de la religión, a través de la fe en la
resurrección y en el acercamiento a Dios. No existe nada ni nadie en nuestro
mundo, capaz de darnos el bálsamo que nos haga sentirnos vivos después de
sufrir el dolor o la muerte de un ser querido. Solo, como decía San Agustín,
reconociendo nuestra miseria humana y la misericordia de Dios somos capaces de
resurgir de los avatares de la vida. Una vida que además de ser un derecho es
un privilegio.
Nada podemos decir a esos padres, hermanos, familiares y
amigos que han sufrido tan enorme pérdida en el accidente y en el acto
terrorista. Solo la solidaridad y apoyo, junto al rechazo del brutal atentado,
puede transmitir algo de consuelo. Porque es mío tu dolor. Los cristianos
elevamos la oración a Dios para pedirle que les dé el consuelo prometido en las
bienaventuranzas. Siendo el ser humano plenamente corporal, tiene sin embargo
algo propio que le permite ir más allá de lo corporal: su alma espiritual. Un
alma, que como dice la canción, nos concede la paz infinita: “Mi dolor es tu dolor, bien de mi vida. Si del alma viene la paz
infinita, no te engañes y reconoce que me necesitas”.
José Antonio Puig Camps. AGEA
Valencia (Dr. Ingeniero y Sociólogo)
http://josantoniopuig44.blogspot.com.es/
Twitter: @JapuigJose
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