Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





martes, 14 de octubre de 2025

POR QUÉ SERÁ

El Comité Noruego ha reconocido a María Corina Machado con el Premio Nobel de la Paz, “en su lucha por lograr una transición justa y democrática de la dictadura a la democracia”, y la define como “uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en Latinoamérica en los últimos tiempos”. Este reconocimiento encumbra a María Corina a un liderazgo democrático que trasciende los límites de su país, y una acusación formal contra el régimen opresor chavista, que preside Maduro, un régimen que es la negación más absoluta de la libertad y la dignidad. Este Nobel representa también a los más de ocho millones de venezolanos que han tenido que huir de su país en busca de futuro y libertad vetado por ese régimen, así como a todos aquellos que continúan en Venezuela resistiendo con unos servicios públicos colapsados, dificultades para conseguir agua, alimentos o suministro eléctrico.

Otro acontecimiento importante ha sido el Acuerdo de Paz en Gaza entre Israel y Hamás. Un acuerdo que fue anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promotor de la hoja de ruta que debe poner fin al conflicto. El secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, afirmó que el Vaticano se une a la satisfacción por el acuerdo de alto el fuego en Gaza y sea el primer paso “hacia una paz duradera y definitiva”. Un primer paso, que permite a miles de gazatíes a volver a sus casas tras el comienzo del alto el fuego. Esta primera fase del plan de paz incluye, liberar a los rehenes a cambio de prisioneros palestinos, la retirada del Ejército israelí de ciertas partes del enclave y la apertura de canales humanitarios para el suministro de alimentos y medicinas.

Dos magnificas noticias positivas, para la democracia y la paz en el mundo, acogidas con gran alegría por países y personas de buena voluntad frente a la frustración y rabia mostrada por la izquierda progresista de nuestro querida España. ¿Por qué será? Siempre he pensado, y así lo he puesto de manifiesto en varios de mis artículos, que el socialismo alimenta su frustración de perdedores agitando y tensionando a las masas para debilitar a las fuerzas moderadas y poder presentarse como garante de estabilidad. Esta estrategia es la que está llevando al populismo de los extremos a convertir la tensión en una herramienta de legitimidad frente a la moderación y el orden. El Nobel a Machado nos muestra el rencor ideológico de esa izquierda capaz de sentenciar, ese galardón, de “golpista y criminal de guerra” (sic). Su enojo por la paz en Gaza solo demuestra que les da igual el padecimiento de esos pobre civiles inocentes, y que la paz solo les sirve si es bajo el yugo de los terrorista de Hamás.

El Gobierno y sus socios, progresistas frívolos que llevan la inmoralidad por bandera, anteponen su ideología al humanitarismo impidiéndoles reconocer la valentía de una mujer que se está jugando la vida en defensa por la democracia en Venezuela, así como un Acuerdo de Paz que les excluye a Gaza de su agenda agitadora. El Nobel, es un portazo a su política de connivencia del régimen chavista, con su afán de blanquear la dictadura de Maduro. El Acuerdo, les rompe su deseo continuo de agitar y tensionar a las masas que ya estaban preparando para lanzar una huelga que, paradójicamente, puede quedar trastocada al no quedar claro si es en favor de la paz o en contra de ella. Es la realidad la que les confronta y hace que caigan al suelo sus caretas de progresistas adulterados. Una realidad que muestra a las claras el porqué de su cabreo con el mundo y su continua irritación que les obliga a no encontrar la paz e incapacitándolos para un bien común.

La rigidez ideológica puede deshumanizar al ser humano, haciendo que se pierda la empatía y la consideración individual en favor de un dogma o un ideal abstracto. Esa rigidez anula la inclinación o tendencia de la persona a hacer lo correcto, inhabilitándolo para la inclinación natural hacia el bien. A esa inclinación se le llama bondad, frente a la maldad que es su antónimo. A la pregunta, del título de este artículo, me resulta difícil creer que la respuesta se encamine a esa maldad, aunque nuestro Gobierno progresista y sus socios muestren, ante hechos como los descritos, una tendencia o inclinación hacia tal vileza. Una maldad que lleva a alejarse de la paz. Ya lo advierte Isaías (48:22): “no hay paz para los malvados y las prácticas impías”, y que “los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo". (57:20)

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)
Publicado 14-10-2025 

miércoles, 1 de octubre de 2025

PRINCIPIOS DE LA DECENCIA

Dignidad y decencia son dos nociones distintas, pero profundamente relacionadas. La dignidad de una persona es un valor intrínseco que da al ser humano honorabilidad y respeto hacia él y hacia los demás. La decencia es el deber de la sociedad y la política de garantizar ese respeto. Sin dignidad no hay justicia, sin decencia no hay política. Cuando hablamos de los principios de la decencia, solemos referirnos a un conjunto de valores básicos que guían la conducta humana hacia lo correcto, lo respetuoso y lo justo en la vida en sociedad. No es un código escrito en piedra, pero sí una especie de brújula ética compartida.

Ciertamente no es un código escrito en piedra, sin embargo, la ciudadanía entiende perfectamente cuando la conducta del ser humano es o no es éticamente correcta. Todos recordamos aquel debate televisivo, con vistas a las elecciones presidenciales del 2015, entre el presidente del Gobierno Rajoy, y el líder socialista, Pedro Sánchez. En ese cara a cara el candidato le dijo al presidente: “Si usted sigue siendo presidente del Gobierno, el coste para la democracia, y para la institución que usted quiere representar es enorme. Porque el presidente del Gobierno, señor Rajoy, tiene que ser una persona decente. Y usted, no lo es”. (Le dijo la sartén al cazo)

La palabra “decencia” fue arrojada a la cara de Rajoy como flecha envenenada esperando el candidato que su oponente quedara en shock y que la mente del rival quedara bloqueada. Nada de eso sucedió, dado que Rajoy sentenció: “Usted va a perder estas elecciones, de una derrota electoral uno se recupera, pero usted no se recuperará de su frase ruin, no se la acepto, ha sido mezquino, deleznable y miserable y no se recuperará nunca de ella”. Un epitafio que marcó la senda que Sánchez llevaría, más tarde, en su recorrido presidencial.

Los principios de la decencia en clave política y ciudadana están muy alejados en ese recorrido presidencial. Puesto que básicamente consisten en: Respeto a la ciudadanía (reconocer la dignidad en los demás). Honestidad en la gestión (hablar y actuar con verdad, sin engañar ni manipular). Responsabilidad política (asumir los errores no esconderlos). Justicia social (evitando abusos y favoreciendo la imparcialidad). Moderación en el poder (el poder es un servicio, no un privilegio). Coherencia (entre lo que se dice o promete y lo que luego se hace). Respeto a la libertad y pluralidad (el adversario no es un enemigo, y proteger la libertad de prensa, expresión y pensamiento). Promover la cohesión social (solidaridad y bien común) ¿Según estos principios, es usted decente Sr. Sánchez?

Frente al manual de resistencia de Sánchez, se necesita un manual de decencia para la nueva política española. Un manual, que cumpla fielmente esos principios básicos como guía de la conducta humana hacia lo correcto, respetuoso y justo. Resistir no debe ser la meta de un gobernante incapaz de conseguir aprobar leyes y presupuestos con el único fin de perpetuarse en el poder. El poder Sr. presidente es poder prestar un servicio al pueblo y no un privilegio para intentar conseguir prebendas que solo le benefician a usted. Su pasividad actual es la coartada de quién, por interés o ambición, elude su responsabilidad prefiriendo no actuar para seguir mandando.

En estos momentos su principal responsabilidad es la de presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) al Congreso de los Diputados. De no hacerlo el Gobierno que usted preside está incumpliendo la Constitución (artículo 134). Ese artículo no dice que los presentará “cuando le convenga”, sino “cada año”. Su prorroga es un parche de urgencia, pero nunca una forma estable de gobernar. Es usted tan indecente que ha dicho que no habrá elecciones porque las perdería. Siempre evitando el debate porque no tiene esa tan cacareada “mayoría progresista”. Lo único que tiene es un bloque zombi que le hace imposible desarrollar una legislatura ordenada, que es en lo que consiste gobernar. Su habilidad, la de desviar la atención con el asunto de Gaza para tapar su corrupción.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)
Publicado 01-10-2025 

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lunes, 22 de septiembre de 2025

LA DESIGUALDAD EN ESPAÑA

La igualdad es un ideal que muchas sociedades buscan alcanzar, pero en la práctica, hay numerosos factores que contribuyen a las desigualdades, como la discriminación, la explotación y las decisiones políticas. En la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) se reconoce que la igualdad es un derecho fundamental que establece que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derecho. La idea de igualdad social fue siempre un relato y utopía de la Modernidad, donde el pensamiento de Jacobo Rousseau fue en parte el provocador de esa idea. Una idea que sigue presente en la actualidad.

Si preguntamos a la gente que entiende por igualdad, cada uno lo podrá definir a su manera según su experiencia personal, pero en el fondo lo que manifiestan es que debe ser el trato idéntico entre todas las personas, al margen de razas, sexo, clase social y cualquier otra circunstancia diferenciadora. Cuando no existe ese trato idéntico, hablamos de desigualdad o falta de equilibrio entre dos o más personas. Esta desigualdad no afecta a un solo aspecto de nuestras vidas ya que puede tratarse de: desigualdad social, desigualdad económica, desigualdad educativa, desigualdad de género o desigualdad legal. Todas ellas tienen graves consecuencias, tanto en el ámbito personal como en el ámbito social. Siendo la pobreza la principal consecuencia. En España, la desigualdad social toca aspectos económicos, territoriales, educativos, laborales y de género.

En cuanto a pobreza y exclusión social, tomando como referencia la tasa AROPE (Indicador principal de la Unión Europea que mide el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social) en España se sitúa alrededor del 25-26% de población en riesgo en 2023. En cuanto a la pobreza infantil unos 2,3 millones de menores están en riesgo, lo que equivale a cerca del 35% de los menores de España. Las familias monoparentales y las familias numerosas (con muchos hijos) tienen tasas mucho mayores de riesgo. La pobreza severa (personas que viven en hogares con ingresos muy bajos) se cifra en 4,1 millones.

En relación con la desigualdad de renta y coeficiente Gini (es el método más utilizado para medir la desigualdad salarial), España ha registrado descensos en el coeficiente de Gini desde los peores momentos de la crisis económica. Por ejemplo, ha habido mejoras graduales que acercan la desigualdad (distribución de renta) a niveles anteriores a 2008. Sin embargo, la diferencia de ingresos entre el 20 % más rico y el 20 % más pobre sigue siendo muy grande: alrededor de 6 veces la renta del quintil inferior en comparación con el superior (es decir, el 20% más rico se aleja y multiplica ya por 6 la renta más pobre). (GINI España de 2008 a 2023, STATISTA).

El Estudio sobre Desigualdades Sociales, publicado por el CIS (26 jun 2025), donde se ha preguntado a 4.000 personas sobre sus principales preocupaciones en torno a la desigualdad, entre otras. El estudio revela que cuatro de cada diez españoles creen que en España existen grandes desigualdades sociales en el año 2025, y el 54,9% las ha visto incrementarse en diez años. Los ciudadanos son tremendamente escépticos de que España se pueda convertir en el horizonte cercano en un país igualitario. Tampoco que en los próximos diez años se vaya a cerrar la brecha de riqueza entre CCAA. Se cita como principal desigualdad la que afecta a ricos y a pobres, donde una gran mayoría (83%) cree que va a aumentar la concentración de riqueza en unos pocos.

Algunas de las causas más persistentes de la desigualdad en España se encuentran en: Mercado laboral precario (alta rotación, mucha temporalidad, contratos a tiempo parcial). Salarios bajos respecto al coste de la vida. Desigualdad educativa y de origen socioeconómico familiar que condiciona el éxito educativo. Desigualdad territorial (grandes diferencias entre CCAA y entre lo urbano y lo rural). Familias y género (limitación capacidad laboral de las mujeres ante la mayor carga familiar). Inflación y crisis de precios (vivienda, energía, alimentos).

Como decía al principio una de las principales consecuencias de la desigualdad es la pobreza, unida a los problemas como la desnutrición o el hambre. La desigualdad en España puede afectar de forma importante al Estado de bienestar. Cuanta más desigualdad, más población necesita recurrir a ayudas públicas (subsidios de desempleo, becas, sanidad pública, vivienda social). Esto genera más gasto en un momento en que los recursos son insuficientes y los presupuestos del Estado ni están ni se le esperan. Por otro lado, la desigualdad aumenta la polarización, la desconfianza en las instituciones y la exclusión social, con el riesgo de erosión del pacto social. 

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)
Publicado 22-09-2025 

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