Mi frase




MI Frase
"Cuando la vista se cruza con el deseo, haz que impere la razón".
(José A. Puig)





martes, 16 de septiembre de 2025

HABLEMOS DE INMIGRACIÓN

Poco nos tienen que enseñar a los españoles sobre el sentido de la migración ya que España ha sido tradicionalmente un país emigrante. En la década de 1880 se produjo en nuestro país una de las mayores oleadas migratorias de salida de españoles hacia América (Argentina, Méjico, Cuba, Venezuela). En siglo XX se amplió hacia Europa (Francia, Alemania, Suiza), pero también recibió oleadas migratorias en distintas épocas: sefardíes, árabes, judíos, gitanos y europeos del norte. Con la modernización económica y la integración en la Comunidad Económica Europea, se transformó España de un país emisor de emigrantes a un receptor de inmigrantes tras siglos de ser principalmente un país de emigración. El fenómeno masivo de la inmigración comienza en España a finales de 1980. Siendo masivo y sostenido a partir de la década de 2000. Hoy, alrededor del 15% de la población residente en España es extranjera (más de siete millones de personas), siendo el fenómeno social, económico y político más importante que genera preocupación en un 80% de la sociedad española.

Desde hace más de dos décadas, personas de Latinoamérica, África, Europa del este y Asía han elegido nuestras ciudades y pueblos como su hogar. Trabajan en nuestros campos, en nuestros hospitales, en nuestras empresas y en nuestras casas. Contribuyendo con sus impuestos, con su trabajo y con su cultura a construir el país en el que vivimos. Negar esta realidad sería ignorar que la España del siglo XXI es diversa y mestiza. Según el Instituto Nacional de Estadística, todo el crecimiento de la población se debe a la inmigración, al igual que gran parte del crecimiento económico: tres de cada cuatro nuevos empleos los ocupan personas extranjeras, y esta tendencia aumentará. Dada nuestra renuncia a tener hijos, solo la inmigración garantiza el crecimiento demográfico y económico. La insistencia del Ejecutivo en que la inmigración es necesaria, cuestión cierta, también lo es que requiere la aceptación realista de que los medios para gestionarla no son infinitos.

Puesto que el fenómeno migratorio parece ineludible y tiene profundas consecuencias para la sociedad española, ¿cómo deberíamos afrontarlo de manera efectiva? Como sucede con muchos debates políticos, si se lleva al terreno emocional, es difícil encontrar una solución sin caer en una confrontación emocional y polarizada. La prioridad para cualquier gobierno europeo debe ser promover la inmigración legal. Una vía que está fracasando estrepitosamente. Ante ello, nuestro Gobierno está facilitando la regulación de inmigrantes irregulares mediante políticas de regulación masiva y de arraigo. Una actitud que se une a su dificultad para ejecutar las órdenes de expulsión (algo más del 20% de estas órdenes se cumple). Todo ello evidencia una clara incapacidad para gestionar eficazmente el control migratorio.

La realidad migratoria y su gestión debe evitar debates polarizantes centrados en las características o actitudes de los inmigrantes, siendo fundamental que el Gobierno asuma su responsabilidad de gestionar los flujos migratorios de manera eficaz y legal. Su incapacidad para hacerlo no puede ser excusa para mantener un modelo migratorio distorsionado, referido a la entrada y permanencia de personas sin documentación necesaria, causada por la falta de canales legales efectivos y desajustes entre la demanda laboral y la oferta de empleo. Una situación que está provocando exclusión social y la necesidad de políticas de regularización. En definitiva, para abordar la inmigración, se requieren políticas realistas, encaminadas a la inmigración legal y a la integración de los inmigrantes. Nunca acudir al objetivo de la polarización ni abandonarse al conformismo, como ocurre en España.

El conflicto político en torno a la gestión de la inmigración y el reparto obligatorio de los Mena (menores de 18 años extranjeros no acompañado) desde Canarias, Ceuta y Melilla ha agudizado la percepción de ausencia e improvisación política de Estado en una cuestión sensible para la población. Una inquietud reflejada en la encuesta de Sigma Dos, donde la ciudadanía demanda medidas más duras de control migratorio: 8 de 10 encuestados quieren reformar la Ley de Extranjería para aumentar la deportación de los inmigrantes que cometan delitos. Las políticas progresistas no han sido eficaces. 

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)
Publicado 16-09-2025 

domingo, 31 de agosto de 2025

ESTRATEGIA ANTE SU INCOMPETENCIA

El Partido Socialista (PSOE), ante las malas expectativas electorales tras siete años de gobierno (¿?) utiliza, una vez más, las desgracias para hacer oposición. Ya lo hizo Zapatero con los atentados del 11.03.2004 (conocido por el 11M) para tomar el gobierno que hasta ese momento lo tenía difícil. Pedro Sánchez mantiene la misma estrategia, iniciada con la COVID, luego con la Dana y ahora con los incendios: endilgar los problemas a la oposición, tensionar la situación y no dar explicación alguna de lo sucedido. ¿Que cuentas ha dado el Gobierno de la mala gestión en la pandemia, o del apagón del 28 de octubre pasado, o del caos ferroviario, o de la mala coordinación de los incendios o …? Nada.

La estrategia ante su incompetencia se vio en la COVID. En España hubo, hasta el verano de 2023, 122.000 muertos, pero solo se ha hablado de 7.291 en Madrid imputados a Ayuso, pero no dicen nada del total en Cataluña que fue prácticamente el mismo. Si hablamos de muertes por cien mil habitantes, la lista la encabezan: Aragón y Castilla-La Mancha, ambas gobernadas por socialistas junto a la de Asturias. Destacando al País Vasco. Pero nadie en el PSOE y sus medios habla de ello. Con los incendios pasa lo mismo que con la Dana: medir los tiempos de ayuda, una estrategia tremendamente eficaz del Gobierno de Sánchez para mostrarse luego como salvador de los desastres. Nunca plantearon declarar la emergencia nacional y así desacreditar a los gobiernos autonómicos, esperando vender luego las ayudas, desde Moncloa, como rescate a las víctimas por la incapacidad del PP.

La estrategia del gobierno por rehuir las responsabilidades propias y criticar al oponente está trasladando a la ciudadanía la idea de que una de las trabas para afrontar las emergencias como la del COVID, la Dana de Valencia, la crisis migratoria o los incendios forestales, es la existencia de una administración multinivel. Cinco días tardó Protección Civil en preguntar a las CCAA por sus medios aéreos desde que comenzó lo peor de los incendios forestales de agosto. Dos días después, a los siete días, las tanteó sobre cuáles eran los medios terrestres que disponían. Y mientras tanto, las comunidades eran las que por su propia iniciativa y al margen del Gobierno llevaban poniéndose en contacto unas con otras para saber qué podían prestarse para ayudar en las labores de extinción (las CCAA del PP movilizaron 23.718 operarios frente a 11.853 del Estado). No puede dejarse el sistema de emergencias a la voluntad o capacidad del político de turno para que al final termine con una discusión competencial.

La Ley de Montes (43/2003) opta con claridad por la colaboración y cooperación entre las diferentes administraciones públicas para beneficio de un medio forestal que no entiende de fronteras administrativas. La principal causa de la falta de prevención de nuestras administraciones públicas es la creciente politización y falta de técnicos profesionales. Cada vez tenemos menos profesionales al frente de los sistemas de emergencia y más políticos en ámbitos que deberían reservarse a los que tiene el conocimiento técnico para decidir lo que hay que hacer. Es un error dejar toda la carga competencial en manos de unas administraciones autonómicas claramente desbordadas por la magnitud de los incendios (400.000 Ha), frente a la estrategia del cálculo partidista de un Gobierno que le sobra sectarismo y le falta idoneidad técnica para gestionar y legislar con un mínimo de eficiencia.

La realidad es que faltan planes municipales y autonómicos de prevención de incendios forestales (previstos por la Ley de Montes) y que el Gobierno tampoco ha aprobado unos criterios comunes para elaborarlos. Planes que deberían: Fomentar la gestión activa de los bosques (especialmente en zonas protegidas: limpieza, desbroce y reducción de biomasa acumulada). Incentivar la economía forestal (fiscalidad favorable). Facilitar la actividad rural y repoblación del medio rural. Reorientar inversión hacia la prevención. Emplear soluciones innovadoras para adaptarse a la realidad del fuego como amenaza constante. Esto es la estrategia que la ciudadanía aplaudiría y no la del cálculo político cortoplacista del Gobierno que tensiona y crea odio en la sociedad. Si el Estado no es capaz de entender que ante este tipo de calamidades la competencia natural es al más alto nivel estamos perdidos.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)

Publicado 31-08-2025 


domingo, 20 de julio de 2025

UNA LEGISLATURA PODRIDA

Mantener abierto el interés de los lectores ante el panorama político español es difícil. Lo es, porque a la vista de todos los acontecimientos que se están produciendo, con ese goteo constante de personas y personajes imputados y con unas noticias que galopan sin descanso alguno dando escandalo tras escándalo, solo queda el deseo de conocer el fin de esta legislatura podrida. Una legislatura donde la mentira y la corrupción rezuma por todos los poros de este gobierno. Todo es puro maquillaje y teatro. Ese mantra de que “la economía española va como un cohete”, es maquillar la realidad. Lo es, porque la noción de crecimiento es unidimensional y debe ir acompañada a la noción de desarrollo, que al ser de naturaleza macroscópica nos informa sobre la mejora en las condiciones materiales de la vida y los avances sociales en una economía. Su mantra omite que son otros datos de naturaleza cualitativa los que deben valorarse: la escolarización de los niños, el grado de abandono escolar temprano, la calidad de la educación; la evolución del paro y tasa de empleo, el riesgo y nivel de pobreza (sobre todo la infantil); acceso a la vivienda; la calidad de las instituciones, etc. ¿Ese crecimiento que calidad aporta? 

Lo que el crecimiento de España está aportando a la calidad de vida ciudadana es más bien poca. Hechos: El apagón del pasado 28 de abril que afectó entre siete y catorce horas a todo el país, es histórico. Los repetidos fallos en la Alta Velocidad que ha dejado abandonados a cientos de pasajeros en medio del páramo y 18 trenes afectados por un fallo en la catenaria. El desbarajuste en el control de pasaportes en la T4 (aeropuerto de Barajas) y que afectó a dos terminales. La de ciudadanos que tienen que perder su casa por una ocupación a la que el gobierno no le quiere poner freno. El cinismo de no ayudar a los valencianos por la Dana al ser de otro partido. Y para más inri, la incapacidad de este gobierno de dar respuesta a todo este caos de los servicios públicos. ¿Es pues, acorde el crecimiento con el desarrollo del país? ¿Ese crecimiento económico está beneficiando a toda la ciudadanía? De no contestarse afirmativamente, y ser conscientes que nunca España ha tenido tantos ingresos por impuestos y fondos europeos, la pregunta es: ¿Dónde está ese dinero?

Parte importante se queda para repartirlo entre los socios parlamentarios de Sánchez, que son los auténticos beneficiarios de esa estructura política. Unos socios dispuestos a dejarle gobernar siempre que sea a beneficio propio y cobrar a precio de oro su apoyo a un Ejecutivo consciente de su estado agónico. Los diferentes grupos nacionalistas y separatistas ven en la ansiedad de este presidente por conservar el poder una formidable oportunidad política para sacarle todo lo que quieran y más. Es una legislatura podrida que solo puede aguantar mientras haya espacio para desmontar las bases constitucionales que beneficien al bloque Frankenstein. Unas bases que son un largo inventario de reclamaciones rupturistas y que ven ahora la posibilidad real de obtenerlas. Y ante toda esta podredumbre aún tienen la osadía los miembros de este gobierno a pedir respeto tras la contundente respuesta de Feijoo a un Sánchez que pretende tapar su historia personal cargando de reproches al adversario político. 

Esta legislatura, en estado de descomposición, no la han podido enderezar ni los cientos de asesores del presidente Sánchez, y eso que lo han intentado desde que cogió el poder tras el 23 J. Primero con la estrategia del muro: el enfrentamiento; pero los escándalos en aquel 2024 la interrumpió. Luego la estrategia del fango, bulos y desinformación que la oposición utiliza, pero también se va al traste ante el demoledor informe de la UCO sobre la corrupción en el gobierno y en Ferraz. Y ahora la etapa del duelo: pedir perdón y árnica a sus socios para que le sigan echando un cable en su comparecencia en el Congreso para hablar de la corrupción, ¿cómo no?, y lo hacen desplazando las culpas a la oposición. El error de Sánchez fue envalentonarse al ver que sus socios no lo dejaban, y volver a citar aquella famosa foto del narco y los casos de corrupción del PP para tapar la suya. Su chulería recogió la respuesta inesperada de Feijoo: “¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución”. Es mentar la soga en casa del ahorcado. Sus compinches se rasgan ahora las vestiduras. Pero la legislatura esta corrompida, navega sin rumbo, sin capacidad presupuestaria, con un uso mercantilista del poder, sin servicios públicos en condiciones y que ha dejado de respetar, en letra y espíritu la Constitución.

José Antonio Puig Camps (Dr. Ingeniero Agrónomo y Sociólogo)
Publicado 15-07-2025