Mantener abierto el interés de los lectores ante el panorama político español es difícil. Lo es, porque a la vista de todos los acontecimientos que se están produciendo, con ese goteo constante de personas y personajes imputados y con unas noticias que galopan sin descanso alguno dando escandalo tras escándalo, solo queda el deseo de conocer el fin de esta legislatura podrida. Una legislatura donde la mentira y la corrupción rezuma por todos los poros de este gobierno. Todo es puro maquillaje y teatro. Ese mantra de que “la economía española va como un cohete”, es maquillar la realidad. Lo es, porque la noción de crecimiento es unidimensional y debe ir acompañada a la noción de desarrollo, que al ser de naturaleza macroscópica nos informa sobre la mejora en las condiciones materiales de la vida y los avances sociales en una economía. Su mantra omite que son otros datos de naturaleza cualitativa los que deben valorarse: la escolarización de los niños, el grado de abandono escolar temprano, la calidad de la educación; la evolución del paro y tasa de empleo, el riesgo y nivel de pobreza (sobre todo la infantil); acceso a la vivienda; la calidad de las instituciones, etc. ¿Ese crecimiento que calidad aporta?
Lo que el crecimiento de España está aportando a la calidad de vida ciudadana es más bien poca. Hechos: El apagón del pasado 28 de abril que afectó entre siete y catorce horas a todo el país, es histórico. Los repetidos fallos en la Alta Velocidad que ha dejado abandonados a cientos de pasajeros en medio del páramo y 18 trenes afectados por un fallo en la catenaria. El desbarajuste en el control de pasaportes en la T4 (aeropuerto de Barajas) y que afectó a dos terminales. La de ciudadanos que tienen que perder su casa por una ocupación a la que el gobierno no le quiere poner freno. El cinismo de no ayudar a los valencianos por la Dana al ser de otro partido. Y para más inri, la incapacidad de este gobierno de dar respuesta a todo este caos de los servicios públicos. ¿Es pues, acorde el crecimiento con el desarrollo del país? ¿Ese crecimiento económico está beneficiando a toda la ciudadanía? De no contestarse afirmativamente, y ser conscientes que nunca España ha tenido tantos ingresos por impuestos y fondos europeos, la pregunta es: ¿Dónde está ese dinero?
Parte importante se queda para repartirlo entre los socios parlamentarios de Sánchez, que son los auténticos beneficiarios de esa estructura política. Unos socios dispuestos a dejarle gobernar siempre que sea a beneficio propio y cobrar a precio de oro su apoyo a un Ejecutivo consciente de su estado agónico. Los diferentes grupos nacionalistas y separatistas ven en la ansiedad de este presidente por conservar el poder una formidable oportunidad política para sacarle todo lo que quieran y más. Es una legislatura podrida que solo puede aguantar mientras haya espacio para desmontar las bases constitucionales que beneficien al bloque Frankenstein. Unas bases que son un largo inventario de reclamaciones rupturistas y que ven ahora la posibilidad real de obtenerlas. Y ante toda esta podredumbre aún tienen la osadía los miembros de este gobierno a pedir respeto tras la contundente respuesta de Feijoo a un Sánchez que pretende tapar su historia personal cargando de reproches al adversario político.
Esta legislatura, en estado de descomposición, no la han podido enderezar ni los cientos de asesores del presidente Sánchez, y eso que lo han intentado desde que cogió el poder tras el 23 J. Primero con la estrategia del muro: el enfrentamiento; pero los escándalos en aquel 2024 la interrumpió. Luego la estrategia del fango, bulos y desinformación que la oposición utiliza, pero también se va al traste ante el demoledor informe de la UCO sobre la corrupción en el gobierno y en Ferraz. Y ahora la etapa del duelo: pedir perdón y árnica a sus socios para que le sigan echando un cable en su comparecencia en el Congreso para hablar de la corrupción, ¿cómo no?, y lo hacen desplazando las culpas a la oposición. El error de Sánchez fue envalentonarse al ver que sus socios no lo dejaban, y volver a citar aquella famosa foto del narco y los casos de corrupción del PP para tapar la suya. Su chulería recogió la respuesta inesperada de Feijoo: “¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución”. Es mentar la soga en casa del ahorcado. Sus compinches se rasgan ahora las vestiduras. Pero la legislatura esta corrompida, navega sin rumbo, sin capacidad presupuestaria, con un uso mercantilista del poder, sin servicios públicos en condiciones y que ha dejado de respetar, en letra y espíritu la Constitución.
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